quince

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harry se veía nervioso.

nunca ha sido bueno en las citas.

las detesta mejor dicho.

las aborrece con toda su alma cada vez que tiene que comenzar con la típica pregunta de "¿y cuál es tu pasatiempo?", "¿cuál es tu color favorito?" o "¿es interesante tu especialidad en mercadotecnia?".

ha tenido demasiadas citas con omegas de mercadotécnica.

ni siquiera entiende porqué, solo suceden.

por lo cual esta cien veces más nervioso al saber que su cita es louis.

su louis.

se ha saltado demasiados pasos.

le ha dicho que lo ama, le ha practicado sexo oral y lo ha llamado el omega de su vida.

cree que es ridículo que se encuentre nervioso por una cita.

¡ha teñido miles de ellas!

pero nunca con un omega como louis.

¿qué tal si el omega se da cuenta de todas sus imperfecciones en una noche y decide que no quiere nada con él?

él conoce todo de louis, y puede confirmar que adora todo de él.

desde sus perfecciones hasta sus imperfecciones.

ama a louis por sobre de todas sus imperfecciones.

y eso lo aterra.

¿quién puede enamorarse tan profundamente sin siquiera haber tenido una cita antes?

la respuesta era simple: el único e inigualable harry styles.

suspira al tocar la puerta de la habitación de louis.

en sus manos se encontraba una caja de chocolates y esos brownies deliciosos que le habían robado a niall hace unas semanas.

louis los había amado tanto que los comió todos sin dejar una sola migaja en esa caja azul con con estrellas blancas.

la puerta se abrió y un louis con una sonrisa dulce lo recibió haciendo que el corazón del alfa se derritiese.

unos jeans claros, unas vans negras y un dulce cárdigan color beige que lo hacía ver cómodo y adorable.

harry sonrió ante la mirada atenta del omega que al ver los chocolates sonrió emocionado como un cachorro que llegó a su dulcería favorita.

el omega se acercó al alfa y lo abrazó.

—como toda cita llegaste a la puerta por mi. —el omega sonrió enternecido y tomó los chocolates para después dejarlos en la pequeña mesa al lado de su cama. —eres un buen conquistador, styles.

el alfa negó y rió nervioso, con las mariposas atiborrándose en su estómago y esos sentimientos que lo hacen querer sonreír y bailar de felicidad floreciendo.

—qué te puedo decir, —el alfa sonrió coqueto. —con esta cara tienes que ser un galán.

el omega rodó los ojos divertido y se acercó a la puerta nuevamente.

—mi madre te reprobaría. —el omega tomó la mano del alfa y continuaron su camino por el pasillo. —nunca me dejó salir con chicos con fama de casanovas.

el alfa lo miro con diversión y un segundo después puso una mirada de indignación.

—¡yo soy adorable! —su voz de indignación hizo reír a louis quien negó con diversión.

an omega in the alphahouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora