nueve

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harry nunca había sido un gran fanático de las cámaras.

ni de las fotografías o las redes sociales.

se consideraba a sí mismo un incompetente a la hora de tomarse una foto.

parpadeando en cada una de ellas, poniendo una mueca extraña o cuando le tocaba la mala suerte de aparecer en un video siempre algo salía mal.

aun su rostro se fruncía cuando recordaba ese video para su clase de octavo grado en donde tuvo una espinaca en sus dientes todo ese tiempo.

incluso en las fotografías del cumpleaños de su madre tenía una mueca extraña en sus labios y no había una sola foto en que se viera decente.

fuera de eso el alfa siempre se había considerado atractivo.

de una forma u otra lo compensaba.

de una forma u otra siempre conseguía compensar el hecho de que su instagram no tuviera una sola fotografía o que sus perfiles no tuvieran fotos de perfil.

aun así, cuando las personas lo conocían o veían en persona aceptaban que el alfa era atractivo.

nunca le había preocupado realmente tener una fotografía decente hasta que su profesora de contabilidad le dijo de ese evento de caridad al que tenía que asistir si quería aprobar la materia.

claro que harry odiaba la contabilidad y a su odiosa profesora alfa con un complejo de superioridad que dejaría como el ser más humilde a donald trump.

—¿podrías recordarme por qué necesitas mi ayuda? —niall tomó otra fritura de la bolsa de veggies junto a él.

harry suspiró cansado y vio a la galería de su celular una vez más, frustrado ante el hecho de que su cara se veía cada vez más torcido en cada foto que pasaba, ¿acaso en una tenía uno de sus ojos desalineado?

—¡¿qué no se supone que sabes cómo dirigir a las personas?! —el alfa arrojó su teléfono a la cama y se lanzó junto a este rebotando.

niall rió.

—harry, solo presentarás el evento. —el alfa rubio frunció el ceño. —solo lleva tu bonito rostro y actúa natural.

harry negó.

—¡cada vez que una persona toma una fotografía de mi parece como si fuera una combinación entre un percebe y una amiba! —el alfa dijo desesperado con su voz escuchándose entrecortada. —¡¿sabes cuántas fotografías tomarán de mí?!

niall puso los ojos en blanco y lo vio con exasperación.

—¿por qué no le preguntas a louis? —el alfa frunció el ceño. —él sale bien en las fotos... profesionalmente.

el alfa gimió contra su almohada.

—creo que louis tiene mejores cosas que hacer justo ahora. —harry suspira. —tiene proyectos y parece que tiene una sesión de fotos en unos días para una marca, no tiene tiempo.

niall entrecierra los ojos y ve al alfa que se recuesta boca arriba en su cama.

—¿cómo sabes eso? —el alfa pregunta con curiosidad en su voz.

—¿qué cosa? —el alfa cierra los ojos sin preocupación.

—aspectos de la vida de louis. —niall levanta una ceja. —¿han estado hablando?

harry abre los ojos lentamente y traga saliva.

claro que había estado hablando con louis los últimos días.

an omega in the alphahouseWhere stories live. Discover now