Cap. 7

57 5 0
                                    

Hace unos días recibimos la lechuza del profesor Slughorn para su cena selectiva, se llegó el día y nos encontrábamos sentados en una mesa redonda, yo estaba entre Mattheo y Neville.

Slughorn: Dime Cormac —se dirigió a él que estaba a su izquierda— ¿ves a tu tío Tiberius regularmente?

Cormac: Sí, señor —confirmo—, de hecho iré a cazar con él y con el ministro en las vacaciones.

Slughorn: ¡Oh, vaya! —exclamó— no olvides saludarme a ambos. ¿Y qué hay de tu tío, Belby? para quienes no lo sepan el tío de Marcus inventó la poción de matalobos, ¿esta trabajando en algo nuevo?

Belby: No se —respondió devorándose el postre—, él y papá no se hablan, mi padre dice que sus pociones son basura, que la única poción que vale la pena es un buen trago al final del día.

Slughorn: Hablanos de ti, Granger —dijo ignorando a Belby— ¿Qué hace exactamente tu familia en el mundo de los muggles?

Hermione: Mis padres son dentistas —respondió dejando la cuchara, todos guardaron silencio prestando su atención en ella— cuidan los dientes de la gente.

Slughorn: ¡Fascinante! —Cormac no dejaba de mirarla coquetamente— ¿y eso se considera una profesión peligrosa?

Hermione: No... —Harry y yo la mirábamos con diversión— aunque... —sonrió divertida recordando algo— un niño, Robbie Fenwick, mordió a papá una vez, requirió diez puntadas.

Blaise y Belby que eran los que menos le estaban prestando atención la miraron perturbados, yo tape mi boca tratando de disimular mi risa, Mattheo me dio un leve codazo. Se escucho la puerta abrirse y entró cuidadosamente la pequeña Weasley.

Slughorn: ¡Ah la señorita Weasley! —dijo al mirarla—, pasa, pasa.

Ginny: Lo siento, no suelo llegar tarde —justo cuando movio un poco la silla para sentarse, Harry se levanto de su asiento. Todos lo miramos confusos y extrañados por su actitud.

Slughorn: No importa, llegas a tiempo para el postre, eso si Belby te dejo un poco —se rió mirandonos a todos.

Mattheo y yo nos miramos.

Slughorn: ¡Mattheo! —exclamó, tanto él como yo cambiamos la mirada a su dirección—, Tu abuelo sigue en Nueva York, ¿verdad? con todas las propiedades que tiene.

Mattheo: Sí señor —respondió cortante como normalmente lo hacía—, ya esta retirado pero tiene a personas a cargo, aún así, le encanta estar ahí.

Slughorn: ¡Que maravilloso! —exclamó sonriente— ojala venga a visitarte para saludarlo.

*

*

Mattheo: ¿Te acompaño hasta la sala comun? —preguntó cuando saliamos de la cena que habia acabado.

t/n: Podré llegar sola, dudo que me pase algo en el camino.

Mattheo: Solo quise ser amable —abrí mi boca con sorpresa.

t/n: ¿Tú, amable? —amplié mi sonrisa.

Mattheo: Tienez razón, vete sola —gruño tomando camino alcanzando a Blaise y yo me fui con los chicos.

•••

Al día siguiente, era el partido de Gryffinfor contra Slytherin, como era habitual en esas ocasiones, a la hora del desayuno reinaba un ambiente de gran agitación: los alumnos de Slytherin silbaban y abucheaban ruidosamente cada vez que un jugador del equipo de Gryffindor entraba al Gran Comedor.

T/N Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora