Cap. 6

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Mattheo: Malfoy tiene planeado algo para el paseo de Hogsmeade —llamó mi atención.

Nos encontrábamos en el jardín, solo sintiendo la compañía del otro.

t/n: Y supongo que quieres que vigilemos que no vaya arruinarlo —puse el separador en mi libro— ¿no es así?

Mattheo: Quiere enviarle un objeto maldito a Dumbledore —lo mire perpleja—, es obvio que tenemos que vigilarlo.

t/n: ¿Desde siempre te ha gustado seguir órdenes perfectamente? —pregunté incrédula, él apretó su sonrisa con una mueca.

[•••]

El paseo hasta Hogsmeade no fue nada placentero. Hacía demasiado frío, hubiera preferido quedarme frente a la chimenea en la sala común pero Mattheo está obsesionado con que todo salga como se debe.

Le sugerí llegar a las Tres Escobas para calentarnos un poco en lo que descubríamos donde se encontraba Draco. Para nuestra suerte al entrar lo vimos nervioso observando a Harry, que también acababa de llegar con Her y Ron.

t/n: Vamos con los chicos —lo jale del brazo.

Llegue con mi típica sonrisa, ya se están acostumbrando poco a poco a que Mattheo este conmigo la mayoría del tiempo.

Me senté junto a Hermione que estaba frente a Ron, y Mattheo quedó en la cabecera de la mesa con Harry a su derecha y yo a su izquierda.

x: ¿Les ofrezco algo? —llegó un mesero.

Hermione: Tres cervezas de mantequilla, una con jengibre y... —me miro para que yo pidiera.

t/n: té de jengibre por favor y otra cerveza de mantequilla para él —mire a Mattheo confirmando, él solo hizo un andén.

El mesero tomó la orden y regreso a la barra.

Ron: Ay, no puede ser —exclamó de repente observando una esquina del lugar—, que niña tan boba.

Hermione: ¿Qué? Solo están tomados de la mano —volvimos a mirar a Dean y Ginny.

t/n: Y se besan —hablé con una pequeña mueca.

Ron: Me quiero ir —dijo justo cuando nos trajeron las bebidas.

Hermione: ¿Qué? —exclamó mirándolo— ¿no hablaras en serio?

Ron: ¿Olvidas que es mi hermana? —se acercó susurrando.

Hermione: ¿Y qué? —sonrió un poco— si ella te viera besándome esperarías que se levantara y se fuera.

Yo la miré con ojos saltones y cambié mi vista hacia Mattheo que vigilaba la puerta por donde se había ido Draco. Ron se había quedado boca abierto ante el comentario de Her.

Slughorn: ¡Harry! —exclamó atrás de nosotras, después de que Harry levantara la mano— ¡Muchacho!

Harry: Hola, señor —se levanto para saludarlo con la mano— que gusto me da verlo.

Slughorn: ¡Que gusto verte! —le devolvió el saludo alegremente— ¡Qué gusto!

Harry: ¿Qué lo trae por aquí?

Slughorn: Ah, las Tres Escobas y yo nos conocemos desde hace más de lo que quisiera admitir —soltó una risa—, recuerdo todavía cuando era una escoba.

Harry: Ahh —exclamó soltando una risa, y Slughorn derramó un poco de su bebida en la mesa salpicándonos a Her y a mi.

Slughorn: Ahh —nos miró— vi que tenían calor señoritas —yo intenté sonreír—. Escucha muchacho, ah ustedes también Riddle y Black —Mattheo me miró y luego al profesor— antes acostumbraba a ofrecer una cena de vez en cuando para algunos estudiantes selectos, así como la que tuvimos en el compartimiento del tren, ¿les gustaría asistir?

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