La vida de la pequeña ____ es sumamente tranquila y afortunada, ¿Qué más podría desear una niña de casi cuatro años? Tenía a su hermano mayor y un perrito, con el cuál peleaba constantemente por la atención del mayor, pero solían llevarse muy bien...
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Las fechas festivas habían llegado y dado inicio y con ello, una gran capa de nieve cubriendo todo lo que podía ver. Dentro de su cálido hogar, se encontraban decorando el árbol de navidad.
______ vigilaba la caja con esferas, cuidando que su nuevo cachorro no jugara con ellas. Por suerte, el de pelaje negro solo observaba su reflejo en una esfera plateada. El canino ladró y adoptó una posición juguetona.
—Jeje, no estás bolas no son para jugar —rió Mike mientras su mejor amiga le pasaba otra esfera.
El cachorrito puso unos ojos tristones mirando a su mayor.
—No, tampoco podemos salir a pasear. Ya es de noche y además hace mucho frío —ante la mención de la palabra, la niña se estremeció en su cálido abrigo navideño.
—Pero Mike, ¿Entiendes lo que dice? —preguntó Trollino.
—Mhm, tiene un acento un poco raro pero se le entiende.
—¿Qué? Pero… si es un animal.
—¿Y qué, tú no entiendes a los animales?
—Pues no… ni yo, ni nadie Mike.
Aún así, el perrito no se rindió y volteó en busca de la nena quien ahora mismo estaba entretenida observando su reflejo en una esfera y luego en otra. Le parecía interesante el hecho de que en cada esfera su reflejo cambiaba de color.
—¿Y tú ______? ¿Verdad que tú si puedes entender a los animales? —la chiquita lo pensó un buen rato, más allá de los animales que había en las caricaturas, no entendía a ninguno.
—Nop, Mai'. No etieno a nigun alimal.
—Jum, ahora entiendo muchas cosas —dijo el canino cruzándose de brazos.
En un descuido de Mike, el perro soltó un gruñido de desaprobación.
—¡Hey! No digas palabrotas. Las navidades no son así —una luz iluminó sus ojos—. ¡Anda, claro estas son tus primeras navidades! Tenemos que contarte muchas cosas, vamos ______.
La pequeña dejó sus esferas y se encaminó hasta la chimenea con Mike y perro, ahí se encontraban sus calcetines navideños con los nombres de cada uno.
—Mira, lo que hemos puesto en la chimenea son nuestros calcetines de navidad para que Papá Noel los llene de dulces, éste es el tuyo —Mike señaló un calcetín de color negro con el nombre “perro”—. Éste de aquí es de ______ —el perrito señaló otro calcetín pero de color (c/f) con el nombre de la más pequeña de la casa.
Dejaron el frente de la chimenea y salieron corriendo rumbo a la decoración que tenían sobre una mesa. La menor miró con curiosidad.
—¡Y ésto es el Belén!
—Mai' ¿Qué es el Benén? —preguntó la niña mientras abrazaba al cachorrito negro.
—Pues el Belén es… —el perrito se rascaba la cabeza buscando como explicarle a ambos. Una maravillosa idea se le ocurrió.
