Pequeño lobo arrepentido.

4. Comprar un auto.

Además, Qin Chi decidió poner llantas que no se explotaran, por si ocurrían desastres naturales como terremotos que dejaban el terreno peligroso e irregular. También diseñó un plan para aumentar la resistencia de la carrocería a prueba de balas y mejorar el motor del coche para que pudiera funcionar de manera óptima. Aunque el motor ya era lo suficientemente bueno, no quería que el coche se deformara fácilmente por los golpes de los zombis.

Qin Chi dibujó su plan en un papel y buscó información en su computadora sobre otros autos todoterreno para ver qué más necesitaba mejorar.

Sabía que este mes gastaría mucho dinero, pero no le importaba, porque cuando el orden social colapsara, el dinero no tendría valor.

Luego, Qin Chi trabajó en la modificación interna del coche, convirtiendo el asiento trasero en una cama plegable que se podría usar tanto para sentarse como para dormir.

También agregó un compartimento grande para guardar armas y comida, así podrían solucionar cualquier problema sin tener que bajarse del auto.

Después de trabajar hasta tarde, Qin Chi finalmente terminó el diseño del carro y se lo entregó a la empresa encargada de hacer las modificaciones.

Era importante que el carro fuera lo suficientemente fuerte y resistente para llevarlos a él y a Zhang Zhi mientras intentaban sobrevivir en los últimos tiempos.

De vuelta a casa ya eran más de las nueve, Qin Chi llevaba dos días y una noche sin dormir, tenía la cara demacrada y el cuerpo agotado.

Quería tener todo listo lo antes posible, porque si el apocalipsis llegaba antes de lo esperado, no sabía cuán desesperado se sentiría.

Al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, Zhang Zhi salió corriendo del estudio y se sorprendió al ver la apariencia de Qin Chi.

—Qin Chi, ¿estás bien?

Frente a Zhang Zhi, Qin Chi mostró una sonrisa cansada.

—Estoy bien, Zhi ge, no te preocupes.

Agarró la mano de Zhang Zhi y se la colocó a un lado de la cara, sintiendo su calor. Parecía que eso le quitaba parte del cansancio.

Qin Chi sabía que tenía que seguir adelante y hacer todo lo posible para sobrevivir junto a Zhang Zhi, ya que no podía cambiar el desastre que se acercaba.

Zhang Zhi quería preguntar si necesitaba ayuda, pero decidió no hacerlo y fue a la cocina para calentar la comida y llevársela a Qin Chi.

Qin Chi se comió la comida como si no hubiera un mañana, y Zhang Zhi le sirvió una taza de sopa, colocándola frente a él.

—Come despacio. —Zhang Zhi no entendía por qué Qin Chi estaba tan obsesionado con la comida.

Como alguien que había vivido en el apocalipsis durante muchos años, siempre con hambre y sin cosas básicas como el agua caliente, Qin Chi no podía dejar pasar la oportunidad de disfrutar de una deliciosa comida.

Después de llenarse el estómago, Qin Chi se sintió un poco más tranquilo y fue al baño para darse una buena ducha.

Desde la cabeza hasta los pies, el agua fría lo fue calmando poco a poco. Miró el espejo de la pared y vio su reflejo. Tenía una cara muy atractiva, con rasgos faciales bien definidos y una mirada tan afilada como la de un halcón. Se veía más mayor de lo que realmente era.

Después de regresar de un mundo lleno de sangre y violencia, Qin Chi experimentó un gran cambio en su forma de pensar. Sin embargo, su cuerpo aún no estaba tan fuerte como su mente. A pesar de ser grande y resistente, necesitaba entrenamiento más intenso para mejorar su agilidad y reflejos.