Capítulo 15, la pizza de octubre

Începe de la început
                                    

Siempre le prestaba más atención de la que debía.

Por eso sabía lo que le gustaba, lo que le molestaba, lo que la hacía feliz, lo que la incomodaba.

Yo sabía leerla a la perfección.

Pero, aun así, estaba ahí en mi cuarto lamentándome por no darme cuenta antes de lo mucho que ella llamaba mi atención.

Quizás también por eso sentía ganas de mirarla, incluso si solo era de lejos, parecía como si eso alimentara mi felicidad de cada día.

"Alerta de pizza desastrosa" leí en el grupo, enviado por Isla "att. Ami" negué con mi cabeza mientras suspiraba algo aliviado y preocupado al mismo tiempo. Esa situación entre Ami y Michael no se resolvía y el hecho de que Michael fuera a casa de Ami también, me tenía con los nervios de punta, porque en mi mente, eso no iba a hacer más que empeorar las cosas.

Pausé la música de mi celular, tomé las llaves de mi auto, de mi casa y salí cerrando la puerta.

"Isla está ahí" pensé y analicé todo en el ascensor. Tal vez todavía no era un buen momento para vernos, Isla querría más tiempo para pensar las cosas y yo no tenía idea de cómo reaccionar cuando la viera.

No importaba, Ami nos quería a todos ahí y yo le llevaría sus litros de helado.

Conduje hacia la casa de Ami y una vez cerca empecé a buscar tiendas para comprar helado de choco-menta, ese extraño sabor que tanto le gustaba a mi amiga. Encontré 3 tarritos de un litro en una tienda y tomé los tres. Después me puse en la fila para pagar.

Fuma.

No.

Fuma un poco.

No.

Fuma.

Compré una cajetilla y un encendedor para el camino también. Dejé en mi auto el helado y prendí un cigarrillo antes de entrar. No había fumado en un par de años, pero en ese momento sentía como mi mente se convertía en un desastre que no hacía más que nublarme la vista y yo solo quise despejarme de todo.

A Isla no le gusta que fume.

Fuma.

Ella se molestará conmigo porque apestaré.

Fuma maldita sea.

Pasé un par de cuadras, ya estaba llegando al edificio de Ami y ahí vi a Isla, estaba recibiendo la pizza que tal vez ella pidió. Llevaba un pantalón deportivo suelto y una camiseta de tirantes que dejaba ver los tatuajes en sus brazos.

Apaga el cigarrillo ¡IDIOTA!

- Isla -le grité desde la ventana y ella me miró justo antes de entrar al edificio, noté como se tensó, mi cuerpo también se tensó

Me arrepentí de llamarla, pero verla acercarse después de titubear me hizo entrar en pánico, seguro mi auto apestaba a mi delito.

- hola -dijo algo tímida desde la ventana

- hola -dije

No esperaba que las cosas fueran tan incómodas, pero había pasado un mes entero en el que no nos habíamos visto, ella se veía igual de hermosa que la vez que la dejé en su casa, sus ojos brillaban como dos estrellas y su cabello suelto la hacía ver preciosa.

El club de los corazones rotos® || MYGUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum