Capítulo 1, la pizza de mayo

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No recuerdo el día ni tampoco el año, solo recuerdo que era el mes de mayo.

Todos estábamos con un intenso estrés por los exámenes finales y Amelia nos había citado en su departamento el viernes de esa semana. Esa mañana había escrito "alerta de pizza borracha" en el chat grupal y eso nos hacía saber que tenía una decepción amorosa, una que había provocado que ella tuviera un día con una resaca terrible.

Esta vez era mi turno de pedir la pizza, Michael seguramente le llevaría los medicamentos y recetas casera para que Amelia se mejorara de su resaca e Isla llevaría algo poco predecible, pero que realmente iba a sernos de utilidad para subirle el ánimo.

Pedí pizza con pepperoni porque a nadie le gustaba la hawaiana y caminé las pocas cuadras que separaban la casa de Amelia de la universidad.

- llegas temprano Min -escuché a Michael saludarme mientras cruzaba la calle, yo saludé con la cabeza porque tenía manos llenas

- salí temprano de la biblioteca -dije y Michael tomó la gaseosa para que no tuviera tantas cosas- ¿qué hay de ti?

- Me cancelaron la clase -dijo con una sonrisa- y no me vas a creer, he conocido al hijo del Goofy y está buenísimo

- Mike basta -bromeé- no puedo creer que en serio Goofy tenga un hijo que te llame la atención

- no solo eso, su hijo tiene 23 -arqueó ambas cejas como si insinuara que era lo mejor que había encontrado hasta el momento

Goofy era el apodo que le pusimos a uno de los doctores que le daban clases a Isla, era un señor alto, encorvado y con una expresión bastante extraña. A Isla no le agradaba demasiado y él ya le había agarrado odio a la compañera de trabajos de ella desde que la pilló copiando en un examen.

Mientras subíamos las gradas hacia la entrada del edificio donde vivía Amelia, la puerta se abrió dejando ver a una chica bellísima, tenía unos ojos enormes y las pestañas más cautivadoras que alguna vez había visto. Además, tenía un aspecto de chica suave y delicada, añadiéndole a eso el hecho de que se veía pequeña, seguramente no pasaba del metro cincuenta.

Dios, era una mujer bellísima.

- Vámonos enamorado -dijo Michael mientras sostenía la puerta para que yo entrara y así lo hice una vez me percaté de que la chica ya se había ido lejos

- ¿la viste Michael? Era preciosa -dije mientras lo seguía hacia el ascensor

- No comparto tu gusto en chicas Min, ella era muy pálida para mí -mencionó él y yo negué con la cabeza

- sabes que no me importa eso, sus ojos eran la ventana al cielo Mike -dije y ambos entramos en el ascensor

Si bien era cierto que Michael y yo llevábamos algunos años de amistad, también era cierto que no congeniábamos en muchas cosas y una de esas eran las chicas. A Michael le gustaba cualquier ser humano, pero se sentía generalmente más atraído por hombres, a pesar de eso, cuando veía a una chica, siempre se fijaba que tuviera un poco de "sabor en la piel", le gustaban las altas que se ponían tacones para verse incluso más altas que él y que fueran demasiado estilizadas. Su tipo ideal era Amelia, pero solo en el físico, porque su personalidad solo congeniaba con la historia de Narciso.

Por otro lado, yo siempre me fijaba en los ojos de las chicas, me gustaban las chicas de ojos encantadores y las que usaban máscara de pestañas, pero no delineador, sentía que esa era una bonita manera de hacer la mirada más dulce y eso me llenaba el corazón de unas emociones indescriptibles.

Michael y yo llegamos al piso en el que estaba el departamento de Amelia y una vez estuvimos fuera del mismo, nos percatamos de que alguien estaba cantando.

El club de los corazones rotos® || MYGWhere stories live. Discover now