|Capítulo 23: Investigación|

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Al final, se equivocó

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Al final, se equivocó. Igual que yo, igual que Arstivan. No fue un error de cálculo ni de intención. No fue porque la humanidad careciera de la capacidad o el potencial, sino porque había subestimado la complejidad del camino y la resistencia del tejido de la realidad; de la Existencia. Los Ecos del Tiempo no permitían tales errores.

 Los Ecos del Tiempo no permitían tales errores

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Región Ljure, tierras de Ljiurt.

Con el paso de las últimas fechas de servicio, Dhaval no perdió de vista a ninguno de los jóvenes ascendidos.

Si bien unos cuantos se dieron de baja y abandonaron la unidad antes del tiempo obligatorio, él siguió interesado en su bienestar. Se esforzaba por mantenerse al tanto de su progreso y se aseguraba de que recibieran el apoyo necesario durante su período en la División Veintidós-dos.

En particular, de Virav. Quien destacó por sus valores morales inquebrantables.

Cuando el grupo por fin cumplió con el ciclo de servicio, Dhaval se ofreció para escoltarlos hasta Kihoi. Durante el viaje, pudo presenciar la emoción y el anhelo en los rostros de los jóvenes mientras se acercaban a su hogar.

Una vez que llegaron, se despidieron.

En cuanto al oficial Adlas, aprovechó la oportunidad para visitar las imponentes oficinas gubernamentales de la región. Era consciente de que debía compartir la información relevante que había recopilado, así que se dirigió hacia la oficina del Jefe de Investigaciones. Se detuvo en el umbral de madera, golpeando la superficie con insistencia. La puerta no tardó en desplazarse, revelando a Drishti con el ceño fruncido. Sin embargo, tal expresión se tornó de sorpresa.

—¿Qué ceremonia se celebra hoy? —burló el Jefe.

—Tenías razón —indicó Dhaval, extendiéndole un informe extraoficial—. Uno de esos chicos es muy especial; su Ha es algo que nunca había visto, ni siquiera en mi época como historiador.

Los ojos carmesíes de Drishti se iluminaron. Elevó las comisuras de sus labios y tomó el archivo con prisa.

Abrió la puerta por completo, invitándolo a entrar.

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