|Capítulo 1: ¿Sueños?|

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Los sueños son parte inherente del Ha

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Los sueños son parte inherente del Ha. No son visiones aleatorias, sino la manifestación misma de la Existencia. En ellos, las fronteras entre el pasado, el presente y el futuro se desdibujan; donde la realidad adopta formas caprichosas y efímeras que a veces desafían la lógica y la razón. Los sueños son más que simples imágenes fugaces; son fragmentos de la experiencia vivida, destellos de memoria y premoniciones entrelazadas en una danza eterna de vidas que dejaron este plano existencial.

 Los sueños son más que simples imágenes fugaces; son fragmentos de la experiencia vivida, destellos de memoria y premoniciones entrelazadas en una danza eterna de vidas que dejaron este plano existencial

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Gran Nación Saoge, tierras de Maa.

El frío caló hasta los huesos de Virav y una asfixia le subyugó el abdomen, acompañado de alaridos y sollozos ahogados que resonaron en sus oídos. A la vez, imágenes distorsionadas de rostros y lugares los acompañaban.

Decenas de voces incorpóreas lo ceñían en susurros ineludibles.

Una punzada se le clavó en el pecho, ejerciendo una presión implacable. La dolencia se extendió, robándole el aliento y causando que su cuerpo tiritara. Enseguida, una ola de náusea lo obligó a doblarse sobre sí mismo. El sabor amargo de la bilis subió por su garganta, quemándole.

Pronto, expulsó el contenido de su estómago.

Con bocanadas de aire entrecortadas, el hedor nauseabundo de la muerte y la desolación se filtró en sus fosas nasales con ferocidad.

Vacilante, escaló hasta la cima de una empinada colina.

En ese paraje inhóspito, se desplomó de rodillas; el dolor se impregnaba en lo más profundo de su existencia. Lágrimas saladas surcaron sus pómulos, incapaces de acallar la aflicción que le retorcía el alma. Sus pálidas manos estremecidas, manchadas de sangre, eran el recordatorio de una tragedia que no conseguía eliminar.

El viento rugió con amargura, musitando vocablos de advertencia y desafío.

Tras ese soplo de desesperación, el mundo se suspendió en el tiempo, aguardando una decisión: resistencia o rendición.

¿Cómo podría ignorar lo que acontecía una vez que el sol se ocultaba y la luna relucía en el oscuro empíreo? ¿Podría continuar en medio del sufrimiento y la agonía que se instalaban en su pecho con una intensidad desgarradora?

|Una memoria perdida|Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora