La miré sorprendida, yo no podía creer lo que estaba escuchando.

-Me estás hablando en serio?-

-Cómo diablos voy a bromear con algo así? Créeme que yo misma no lo podía creer a lo primero-

-Yo no lo puedo creer...-

-Pero es verdad Mila, éstas son oportunidades únicas y te pido por favor que lo consideres-

-Pero es que mis hijos...- Suspiré. Era difícil tomar una decisión.

-Te ayudaré con eso, Lauren te ayudará, hasta su estúpido amiguito. Todos te ayudaremos, yo quiero que cumplas tus sueños, sé que también lo quieres, por qué esperar más? Piénsalo, tienes el resto del día e incluso mañana, no hay prisa-

-Lo voy a pensar. Tengo decisiones por tomar y muchas cosas que pensar-

Media hora después estaba en casa, con mis hijos a mi lado y Dinah haciéndole la vida imposible a Mathew.

-Te quedarías con ellos un rato?- Le pregunté de la nada a Dinah.

-Si, yo no tengo ningún problema-

-Dame las llaves de tu departamento- Extendí la mano.

Iba a hacer una locura. Pasaría por Lauren y me la llevaré a cada de Dinah, no es algo de sexo, solo quiero pasar un rato tranquilo con ella, conversar y quizás me pueda ayudar a resolver un poco el enredo que tengo.

-Qué harás?- Dinah se echó a reír.

Sonreí con malicia y ahí fue cuando ella rió más (si es que eso era posible)

Con las llaves de Dinah en mi mano derecha y las de mi auto en la izquierda crucé a la casa de enfrente, toqué la puerta con un poco de desesperación varías veces, hasta que la misma Lauren me abrió.

Ella me miró de arriba a abajo con curiosidad y una sonrisa.

-Hola-

-Hola. Estás muy ocupada?-

Lauren negó.

-Si te digo que vengas conmigo a casa de Dinah, vienes?-

Ella asintió sin pensarlo mucho.

-Entonces ven conmigo-

Lauren me siguió muy de cerca y juntas subimos al auto. En un silencio nos dirigimos a casa de Dinah. Al llegar Lauren se acomodó en el sofá, y la noté un poco nerviosa.

-Por qué estás nerviosa?- Sonreí.

Ella frunció el ceño.

-Cómo lo sabes?-

-Es muy notorio. En el camino estabas muy callada, ahora sigues así pero mirando a todos lados, y no has dejado de hacer eso- Señalé a sus manos, la cual ella estaba frotando frenéticamente en sus muslos. Ella detuvo el movimiento.

-Quién no se pondría nervioso al lado de una mujer como tú- Sonrió y luego me guiñó.

-Cuando estábamos haciendo... no estabas nerviosa, todo lo contrario. Entonces por qué ahora si?-

-Es algo que hago sin darme cuenta, no tengo una explicación para eso-

Fui a sentarme al lado de ella, muy cerca. Mi cabeza estaba recostada en su hombro y a tientas busqué sus manos para agarrarla.

-Te traje porque quería pasar un rato contigo sin que nadie nos moleste, hablar contigo e incluso buscar una opinión tuya-

Lauren besé con suavidad mi frente.

Romance y Perjuicios. Where stories live. Discover now