Shadamy: Una Nueva Oportunidad

Capítulo 1

Vagaba sin rumbo en busca de Sonic, hasta hace un momento le estaba siguiendo el paso, ¿dónde rayos se metió? Frustrada, me senté en una banca, no podía seguir así.

-Podrías hacer menos ruido, Rose, trato de relajarme.

-¡Ay! Oh, lo siento Shadow, no sabía que estabas aquí.

-¿Eres ciega o sólo eres tonta?

-Ey, ey, no voy a permitir que me hables de esa manera, ya me disculpé.

-Eso no arregla la poca paz que tenía hasta que llegaste.

Ush, me daban unas ganas de invocar mi martillo y golpearlo, pero de sobra sé que es más fuerte que yo, no es conveniente para mí pelear con él.

-Ya me disculpé, ¿qué más necesitas? ¿No sabes tomar disculpas?

-Es el intento más patético que he visto para tratar de provocarme, ¿quieres pelear? No me contendré sólo porque seas una mujer.

-Uy, hoy estás más insoportable que nunca, no estoy de humor para lidiar contigo, adiós.

Simplemente me levanté echa una furia y caminé en dirección a mi hogar, no sin antes pasar al centro comercial, ya necesitaba reabastecer mis alimentos. De repente, escuché unos pasos dirigirse a mí y, unos segundos después, habló.

-¿Rosita?

-¡Rouge! ¿Cuándo regresaste? Ya ha pasado el tiempo.

-Hola, rosita, ¿qué te tiene tan malhumorada? A mí también me alegra verte, regresé hace apenas unos días, pero por eso del equipaje y mis cosas no había podido venir a verte.

-La verdad es que hace rato perseguía a Sonic y me encontré con Shadow.

-¿Todavía sigues con lo de Sonic, cariño?

-Oh, no, ya no es por eso, ahora entiendo que no siente lo mismo que una vez sentí por él, simplemente me ayuda a ser más rápida y ágil, digamos que me sirve de entrenamiento, pero a veces se olvida de mí y acelera, justo como hoy. Entonces me sentí algo frustrada porque sigo sin poder seguirle el paso cuando acelera aún más, me senté en una banca y ahí estaba él, te juro que no lo vi y de la nada empezó a atacarme, simplemente decidí levantarme y vine a hacer mis compras, pero sigo sin superar el enojo.

-Ay, cariño, ya sabes cómo es él, desde que lo conozco es así, ¿y cómo has estado? ¿Qué tal las cosas?

-No ha pasado mucho realmente, a veces luchamos contra Eggman, aunque se está haciendo viejo, cada vez ataca menos, siento un poco de pena.

-¿De verdad? Me hubiera gustado estar en esas batallas, pero ya sabes, el trabajo llama.

-¿Y qué tal te ha ido a ti? Te extrañaba mucho.

-Entre viajes, negocios y todo eso, ya tengo hasta para vivir bien durante milenios, decidí darme un respiro, me ayudó mucho que me insistieras en hacer mi carrera de moda, es la primera vez que me sentí insegura, de verdad gracias Amy, te debo muchos favores.

-Ja, ja, no pasa nada, con que me des consejos me basta, eh.

Ambas comenzamos a reír, me sentía mejor, era como si no hubiera pasado el tiempo entre nosotras, me alegra mucho que conservemos nuestra amistad, después de comprar todo la invité a mi casa, también le mandé mensaje a Cream, Vainilla, Cosmo, Sally y Fiona, esperando que pueda asistir, tal vez tengamos tiempo para un picnic o simplemente pasar la tarde juntas.

-Cariño, ¿puedo usar tu tocador?

-Claro, pasa, siéntete como en casa, iré preparando algo - justo en eso, tocaron el timbre, qué rápidas son -, ¡ya voy! Qué rápidas... Oh...

-¿Rouge está aquí? Necesito hablar ya con ella.

-Está adentro y hoy está ocupada, así que no puede atenderte, ¿por qué no vienes después?

-No juegues conmigo, Rose, no tengo tiempo para tus tonterías.

-No son tonterías, y te pido de favor que no me hables en ese tono, ya te lo dije, ella está ocupada, vuelve después.

-Me estás haciendo perder la paciencia, si no te mueves, te moveré yo mismo.

-Quiero ver.

Rápidamente me puse en defensa, sabía perfectamente que lo estaba provocando y que no se detendría ni siquiera porque soy una mujer, pero tiene que entender que no puede venir a exigir, ni que fuéramos sus esclavas o algo así, por un momento pensé que se acercaría, pero simplemente cruzó los brazos y sonrió, eso era nuevo, mi guardia bajó y él se dio cuenta, aprovechó para cargarme y, así, lograr moverme de la puerta.

-Te moví.

-Bien, ya puedes bajarme, puedo caminar sola, ya no te molestaré, pero si te pido que esperes a que ella venga, no puedes andar a tus anchas en mi casa como si fuera tuya.