Capitulo 20 [El Sol y la Luna]

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-El clan Hyuga, poseedores de un gran Dojutsu, pero solo en manos de alguien con sangre, Otusuki, es cuando su potencial se libera-. Pensaba Toneri, viendo hacia la tierra, mientras sus pupilas se volvían azul y era rodeada de blanco en forma de flor.

-Realmente es muy útil-. Mencionaba Sakura, que junto con los demás, se encontraba dentro del Sussano del Uchiha.

Caminando con el peliblanco, Hinata, se toparía con un altar, donde parece ser que se hacía ceremonias de casamientos.

-Esos tipos son molestos, terminemos con esto lo más rápido posible-. Pensaba Toneri, comenzando con dicho rito.

-¡No estorben!-. Gritaría el Uchiha, destruyendo por completo una gran cantidad de marionetas, provocando un inmenso temblor.

-Hyuga Hinata, ¿aceptas a Otusuki Toneri, como tu esposo?-. Fue la pregunta, que sería hecha hacia la pelinegra, quien sostenía una expresión de inconsciencia.

Lo que parece ser un fuerte dolor de estómago, golpearía a la heredera del Byakugan, cosa que llamaría la atención del peliblanco.

-¡Paso Suave Puños Gemelos de León (Jūho Sōshiken)!-. Exclamaba Hinata, conectando un golpe directamente hacia Toneri, el cual apenas lograría retener gran parte del impacto.

Gracias, a las venas y aspecto del Byakugan de la Hyuga, era sencillo deducir que se encontraba enfadad, siendo su demás rasgos faciales prueba de ello.

-Me manipulas, le quitas los ojos a mi hermana y ahora intentas casarte conmigo, ¡eres un ser despreciable!-. Marcaría la pelinegra, todo lo que sabía que este había hecho y que tanto la molestaba.

-¿Cómo disipaste mi control?-. Cuestionaba el Otusuki, queriendo una explicación de lo sucedido.

-A diferencia de esta tontería que aspirabas a hacer, yo ya me case, pero fue el amor que me llevo a ello, y el fruto de eso me hizo despertar-. Respondería Hinata, con mucha seriedad, levantando su defensa.

Si bien el peliblanco, no mostraba entender esta explicación, no parecía que le importara seguir indagando, siendo una gran flecha morada lo que afirmaría esto.

-Hinata, ¿te encuentras bien?-. Preguntaba Sakura, quien fue la primera en acudir a la Hyuga.

-Sasuke, es un Otusuki-. Informaba Hinata, viendo a su esposo, manteniendo su seriedad.

-Entonces, no puedo permitirme contenerme-. Mencionaba el pelinegro, quien se lanzaría con rapidez hacia su oponente.

Los golpes se podían sentir en cada vibración y sonido, que estos provocaban al impactar a tal velocidad.

-Hanabi, está adentro, llévenla a la tierra, nosotros recuperaremos sus ojos-. Exclamaba Hinata, mirando a Sakura y Menma, quienes por mucho que querían, no era posible entrar en combate como apoyo.

-Parece ser, que también posen sangre Otusuki-. Llegaría Toneri a esta conclusión, tras emplear sus ojos directamente en la pareja.

Utilizando su espada e Hinata su estilo de puño suave, el combate se retomaría, solo que ahora de manera sincronizada.

-Hanabi, somos amigos de tu hermana, venimos a sacarte de aquí-. Notificaba la peli rosada, viendo que la Hyuga, que iban a rescatar, había mostrado señales de ya encontrarse consciente.

Una muestra de perfectos movimientos simultáneos, sería lo que el grupo se toparía nada más salir al exterior.

-"¿En serio creen que estoy con Sasuke solo por beneficio?", Hinata, en verdad no mentías-. Recordaba Sakura las palabras que la pelinegra una vez dijo, que ahora peli rosada veía la veracidad en su trabajo en equipo.

Un enorme impacto fue suficiente, para dejar a la pareja fuera de juego.

-Sasuke, está muy mal-. Exclamaba Sakura, quien nada más notar la gran cantidad de sangre que el Uchiha liberaba, intentaría utilizar su Jutsu médico, tratando de frenarlo.

-Este lugar otra vez-. Pensaba el Uchiha, quien se encontraba en una gran oscuridad.

-Así que aquí fue donde tu alma termino-. Diría una voz, que el pelinegro parece conocer.

La aparición de un anciano, tomaría por sorpresa a la Hyuga, la cual, desconociendo la identidad de dicho hombre, levantaría su defensa.

-Otusuki Hagoromo, ¿otra vez estoy muriendo?-. Cuestionaba Sasuke, acordándose el estado que se encontraba la primera vez, que estuvo en ese lugar.

-Veo que el descendiente de mi hermano, les está causando problemas-. Mencionaba el hombre anciano, el cual parece saber la situación actual.

-¿Puedes entregarme el Rinnegan?-. Preguntaba el Uchiha, queriendo aquel ojo de regreso.

-Lo siento, pero eso ya no es posible-. Se disculpaba el Otusuki, negando que pueda volver a entregar esto.

El símbolo de un sol, era lo que la Hyuga, miraría en la palma de su mano.

-Si bien, no eres la reencarnación de mi hijo Ashura, te permitió que poseas sus ideales y poderes-. Exclamaba Hagoromo, dando significado a aquella marca.

La pareja, se juntaría, siendo un abrazo lo primero que se darían nada más verse.

-Sabio de los seis caminos, ¿sabes si nuestro enemigo pose una debilidad?-. Preguntaba el Uchiha, esperando que este posea tal conocimiento.

-El sol y la luna, pueden eclipsar a sus ojos-. Fue lo único que el anciano diría, antes de desaparecer.

-¡Menma!-. Exclamaba Sakura, viendo al rubio perder lentamente el combate contra el Otusuki.

Una gran patada hacia Toneri, lograría separar a los combatientes.

-Supongo que esas células, por fin, hicieron su efecto-. Mencionaba Sasuke, mostrando dos Rinnegan en sus ojos.

El Dojutsu que la Hyuga ahora tenía, era el mismo que el Otusuki poseía.

No hubo tiempo para preguntas y respuestas, pues el combate se retomaría ahora con nuevas habilidades, que si bien se podía notar que perjudicaba al trabajo en equipo, paulatinamente, se percibía como estos se iban adaptando.

-Esto no es tuyo-. Diría Hinata, tomando los ojos de su hermana que el Otusuki utilizaba.

El estado que el peliblanco mostraba, indicaba que ya no podía continuar, siendo la rendición de este, la confirmación de esto.

Desactivando los Dojutsus, volviendo a los ojos normales, la pareja dejaría el lugar, por el mismo sitio por donde vinieron.

-Ahora que recuperaste el Rinnegan, ¿volverás?-. Cuestionaba la Hyuga, antes de salir al exterior un tanto preocupada por esto.

No hubo respuestas por parte del Uchiha, quien, levantando a su esposa, saltaría hacia el cielo ya en la tierra.

-Supongo que eso no pasara-. Llegaba a esta conclusión la pelinegra, al ver la mirada de negación de su esposo, que sería apoyada con un beso, enfrente de la misma luna.

Sasuke en la dimension de Menma.Where stories live. Discover now