Código Morse

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Ese día, mi mujer y yo fuimos a darle la enhorabuena a María, la vecina. Siempre había querido tener un niño, pero, a pesar de intentarlo infinidad de veces con su marido, nunca lo consiguió. Llegamos a pensar que alguno de los dos era estéril, o que tenían un problema en sus relaciones. Sin embargo, su suerte había cambiado.

Cuando le toqué la barriga a María, el niño empezó a dar pataditas rítmicamente, por eso pude entender perfectamente cómo me saludaba.

-Hola papá.

Ojalá no hubiese aprendido morse en el ejército.

Microrrelatos y otras cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora