Emily Forbes llevaba una vida común y aburrida, hasta que a su hermana la mordió un vampiro. Desde entonces, Emily deberá enfrentarse a todo tipo de obstáculos que este nuevo mundo propone, pero todos sus planes cambian cuando los Mikaelson llegan a...
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Jeremy y Emily siempre habían sido el dúo imparable del pueblo. Jeremy cuidaba a Emily y Emily cuidaba a Jeremy. Una de las cosas que más les gustaba hacer juntos, era maratón de películas (ambos más a favor de Harry Potter, por supuesto).
Ahora mismo, se encontraban viendo la tercera película de la saga, la favorita de Emily.
—Aún no entiendo por qué te gusta tanto Sirius Black. — El chico negó sonriendo.
La chica le miró con los ojos entrecerrados, amenazándole si insultaba al personaje Black.
—Está bien, está bien. —Aceptó Jeremy con una sonrisa.
Unos golpes en la puerta los hizo pararse.
—Seguro que es Jenna, voy a hacer más palomitas, ¿puedes tú abrir? —preguntó el chico Gilbert.
Emily asintió y caminó hacia la puerta. Al abrirla, un hombre vestido con traje le sonrió. Emily pensó que estaba alucinando.
<<Una estaca mata a cualquier vampiro>> Recordó la voz de Damon ayer.
—Elijah. —Saludó un poco asustada.
—Hola. ¿Podríamos hablar?
La chica miró dentro de la casa Gilbert, solo para ver como su mejor amigo había dejado el bol con palomitas en la mesa y ahora caminaba hacia ellos.
—Hola. —Saludó. —¿Quién eres?
El original miró confundido al chico, y después forzó una sonrisa que pareció más una mueca.
— Me llamo Elijah. Venía a hablar con la señorita Forbes.
Emily miraba la conversación de ambos como si fuera un partido de tenis. Atenta a cada palabra, intentando descifrar de qué quería hablar el original con ella y cómo la había encontrado.
—Ems. —Jeremy la llamó. —Vé si quieres. Parece importante.
—¿Seguro? —La chica dudó. No quería dejarlo solo.
El chico asintió con una sonrisa. Cuando Emily y Elijah estuvieron fuera de la casa, Jeremy recibió una llamada.
—¿Sí?
—Gracias por ayudar, Jeremy. Te aseguro que ella nos lo agradecerá.
—Eso espero. No tengo ganas de ver enfadada a tu hermana.
Por otro lado, Elijah y Emily habían llegado a un parque cercano y ahora estaban sentados en un banco, mirando como los niños jugaban en los columpios y se divertían entre ellos.
—¿Cómo me has encontrado? —preguntó por fin.
El original sonrió antes de contestar.
—Fui a buscarte a tu casa, Caroline me dijo que estabas con el chico Gilbert.
Emily rodó los ojos, pues claro que iba a ser su hermana, ¿cómo no?
—Bueno, ¿de qué querías hablar?
—Sé que oíste que somos almas gemelas.
—Sí. —Ella confirmó.
—¿Sabes lo que es eso?
—Care me explicó un poco ayer. Que el destino nos elige porque somos la pareja perfecta o algo así.
Él negó un poco con una sonrisa.
—Nuestra alma gemela la elige la naturaleza. Un alma gemela o compañera, es alguien diseñado especialmente para una persona.
Ella asintió, entendiendo lo que él decía.
—Entonces, ¿soy tu alma gemela?
—Sí.
—¿Puedo preguntarte cuántos años tienes?
—Más de mil. —Él rió al ver la cara atónita de la chica. —Llevo esperándote todos estos siglos.
—Siento haber nacido en este siglo, supongo.
—No pasa nada, Elskan. No es algo que se pueda elegir.
—Damon te clavó una estaca. ¿Cómo es que estás aquí, Elijah?
—Las estacas de madera matan a los vampiros normales. Yo soy un Original, por lo que esa estaca no me hace nada.
La chica se quedó en silencio.
—¿Puedo estar delante cuando Damon vea que sigues vivo? —preguntó con cierta ilusión.
El vampiro rió y asintió. Aquella chica morena sería su perdición.
