Que un padre le gruña a su cachorro no es algo inaudito, pero sí es normal que se sobresalten la primera vez que ocurre. No es culpa de nadie, los lobos a veces empujan de más el impulso de sus instintos y cualquiera puede equivocarse.

Sin embargo, para la mente catastrófica de JiMin, él sentía que le había fallado a JungKook.

Así que cuando logró contactar con él ese viernes, le explicó todo lo que pudo.

¿Entonces no estás enojado conmigo? —fue lo primero que preguntó el niño.

—Claro que no, mi amor —negó con la cabeza, sosteniendo el celular contra su oreja—. Prometo que no fue intencional, mi lobito sólo se puso tonto un momento.

¿Estás seguro?

—Claro que sí —frunció sus cejas, adolorido por el tono preocupado e inseguro de JungKook—. Ya te dije que estaba cuidando el nido, a veces los lobitos se enojan cuando alguien entra al nido sin permiso y en ese momento yo me estaba sintiendo muy mal, así que se me mezcló todo y reaccioné así. Sabes que yo jamás sería malo contigo.

Lo sé, pero es que... me asusté...

JiMin sintió una punzada en su corazón.

—Lo siento mucho, cachorrito...

Está bien papi —la voz de su hijo se escuchaba entre resignada y tranquila—. Te perdono.

—Gracias, Kookie —sintió sus hombros menos tensos, el alivio recorriendo su cuerpo de inmediato—. ¿La estás pasando bien con HoSeok?

Sí papi, estamos haciendo castillos de almohadas en su cuarto y ahora estamos luchando por el poder del reino de chocolate.

—Oh, suena divertido, ¿quién va ganando?

Va ganando HoSeok porque encontró una bazuca mágica que lanza meteoritos y mató a la mitad de mi ejército, pero no importa, yo tengo la piedra mágica que revive a la gente —explicó como un completo estratega, orgulloso de su plan maestro—. Ahora estamos merendando y viendo al señor fantástico —agregó.

—Ay que lindo mi amor. Te dejo tranquilo para que sigan viendo su serie, ¿está bien? Les mando un beso a los dos. Mañana nos vemos, ¿sí?

¡Sí! Adiós papi, ya le digo a HoSeokie sobre el besito —se despidió y JiMin se rió.

—Adiós, bebé...

La expresión de JiMin decayó un poco cuando la voz de JungKook fue reemplazada por el pitido de la llamada finalizada. Quizás estaba siendo ridículamente dramático al respecto, estaría haciéndole honor a su madre, pero seguía teniendo esta molestia en el pecho que no lo dejaba tranquilo. No estaba seguro de si era la culpa, el celo, las hormonas, JungKook presentándose o una mezcla de absolutamente todas esas cosas juntas. Miró la pantalla de su celular con melancolía, triste porque además de todo eso, también extraña a su cachorrito.

Bien sabía JiMin que depender tanto de un niño, que darle un lugar y un rol que no le correspondía no era sano para ninguno de los dos, lo había estudiado mil veces en clases por amor a la diosa, pero a veces se dejaba llevar un poco y quizás, muy en el fondo, JungKook era lo único que lo mantenía en tierra, lo único que lo impulsaba a seguir adelante. Él sabía que no estaba bien, trabajaba en ello lo mejor que podía, pero de vez en cuando (como en ese momento) sentía que las cosas estaban tan fuera de control que poco a poco se destruía su pequeño rincón del cielo y que JungKook siguiera creciendo era tan aterrador como lindo. Las hormonas tampoco ayudaban mucho a toda la situación.

Mientras miraba la pantalla de su celular, JiMin sorbió su nariz.

¿Se pondría a llorar por esto? No recordaba cuándo había sido la última vez que lloró tanto y tan seguido, ¿quizás cuando nació JungKook? ¿Cuando dio sus primeros pasos? No estaba seguro de que fuera una persona demasiado sensible, pero JungKook jalaba una fibra delicada en JiMin.

EL MOTOCICLISTA Y EL UNIVERSITARIO ♡ MYG + PJM FT. JJKWhere stories live. Discover now