20. YO SOLO QUERÍA SER FELIZ.

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Es entonces cuando lo veo, viene corriendo hacia a mi.

Está bastante agitado y los helados no están por ningún lado, se para al frente de mi asustado.

—¿Que pasa? —le preguntó.

Él se acercó más y me abrazo fuertemente.

—pense que había vuelto a perderte —me dice angustiado —no vuelvas a hacer esto, porque te juro que le diré a mamá que me dé escoltas.

Sonrió ante sus palabras y lo abrazo también.

Pero entonces recuerdo que no estamos solos.

Me aparto de él y miro hacia atrás, pero ya no hay rastro del hombre y ni siquiera del auto costoso.

—¿Que buscas? —pregunta York.

—nada —respondo un poco confundida.

«¿Cómo pudo simplemente desaparecer?».

«¿Cómo es que se fue sin que yo me diera cuenta?».

—¿Qué hacías aquí en el parqueadero? —me cuestiona.

—eehh..—suspiro.

Vuelvo a mirar hacia todos lados pero efectivamente no hay rastro de aquel hombre.

—vine a descansar al auto —trato de sonar convincente.

—pero si el auto está hacia allá —me dice —¿Por qué estás acá en el fondo?.

—olvide en dónde estaba ubicado —vuelvo a mentir.

El me mira fijamente.

—Linda —me dice en tono de advertencia —no me mientas, acaso crees que no sé que me mandaste por un helado, solo por qué querías irte a yo no sé dónde —habla indignado —crees que no te conozco lo suficientemente bien para saber cuándo estás mintiendo.

Bajó la mirada sin saber que decir, siento que los ojos me arden y quiero llorar, odio que él me hable así.

Justo en ese momento su teléfono timbra.

—¿Si? —contesta la llamada.

Cierro los ojos tratando de calmarme para no terminar llorando como una niñata.

—de acuerdo lo haré —responde y cuelga la llamada.

—¿Quien era? —digo tratando de sonar calmada.

—es mamá y quiere que te lleve a la agencia ahora.

Narra Annie:

—saquen sus cuadernos y escriban las preguntas para la evaluación —dice la profesora con ese típico tono de manda más

No me tomo la molestia de hacer lo que dice, solo me limito a ver mis preciosas uñas mientras que las demás se apresuran a hacer lo que les dicen.

Pensé que estar en un internado iba a ser horrible, pero no.

No les voy a negar que es súper aburrido, pero el hecho de tener un padre que me protege desde lejos es bastante agradable, porque está vez puedo hacer lo que se me venga en gana y nadie se mete conmigo y él que me la hace la paga.

Eh decidido que de ahora en adelante nadie me va a pisotear o a maltratar más.

De ahora en adelante seré yo la que pisotee y maltrate.

Si tengo que subir a costas de otros lo haré, ya no me importa.

Aunque hay momentos en los que pienso en Zuar mi mellizo y me pongo melancólica al no saber nada de él.

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