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"Fragmentos perdidos. Parte uno entre miles navegantes.
Ya he llorado, he reido, y he sufrido.
—¿puedo irme ya?"
Somos una habitación llena de extraños, buscando algo que nos salve aunque, bueno, supongo que mi ángel guardián cambio el boceto porque estoy andando sobre cuchillas otra vez. Lo confieso, soy un tipo de error que quizás estaba destinado a desaparecer y aún así me salí con la mía.
Quiero irme ya.
Mi mente se siente como mi archienemigo, no puedo mirarme a los ojos y no se que duele mas, me sabotee a mi misma. Es como tener un huracán en el cerebro, me estoy hundiendo y no saben lo aterrorizada que estoy.
Pero esta bien, esta bien sentirse así.
No. Y me quedo mirando el abismo otra vez, nadie conoce el desastre en el que estoy.
Estás paranoica Amber, tranquilízate.
Es malo para mi salud todo el odio que siento por mi. Este peso me está hundiendo y juro que sigo nadando contra corriente, lo hago pero no puedo evitar sentir este desprecio por mi.
Necesito sentir algo cerca de mi, necesito algo que recupere el brillo que solía tener mi mirada, necesito algo que me haga olvidar este desprecio, algo que haga que deje de atormentar a mi cabeza.
Sálvennos de nuestra miseria.
Cierro el pequeño cuaderno y suspiro, tal vez, no fue buena idea escribir lo que siento. A la par, considero que sería tonto decirle a quien estudio la profesión que esto no sirve y que se equivoco porque es lógico que ella sabe lo que hace.
Está a punto de anochecer una vez más y comienzo a extrañar la presencia del médico, me bastó una noche para aferrarme a él, a la confianza y paz que transmite su mera prescencia. Es increíble lo desesperada que me siento por acabar con este silencio, diría que a mi soledad pero creo que poco a poco comienzo a amarla.
Contradictorio recordando lo destrozada que me sentí ayer, no obstante, son cambios que ni yo entiendo. Pensándolo con mayor profundidad, creo que mi miedo nunca estuvo basado en mi soledad, mi miedo está en todo lo que olvide y en lo que, a palabras de los médicos, probablemente jamás recuperaré.
Nos aterra tanto no recuperarnos.
Por primera vez en el día coincido con mi conciencia y no daré explicaciones.
