Memorias part I

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Éxtasis.

Según los diccionarios actuales es el estado de excitación y altitud que tiene el ser en un momento de adrenalina.

¿Lo es? Sinceramente, no lo creo.

El éxtasis no es algo, es alguien.

Ese miedo que te impide respirar, que sofoca tus sentidos. Te ahoga y te consume.

Para todos aquellos que creen en la verdad pero se niegan a la cruda realidad.

...

Al llegar el otoño la ciudad se cubre en una manta dorada, cómo el dorado de sus rizos. Una simple risa resuena por el lugar, armoniosa, sencilla y alegre; si tan sólo no se hubiera apagado, todo sería mejor.

Cada día la buscan. Horas enteras tratando de formar respuesta a sus dudas, Miles de segundos y minutos desperdiciados en una cansada búsqueda.

Dicen que 1 de cada 5 personas de un grupo de amigos es un asesino. Yo siempre tuve mis dudas pero siempre supe quién sería.

...

15 de agosto

Aquí comenzó todo.

Kayla miller, una de mis amigas desaparece sin explicación alguna. Eso nos alteró bastante. En un pueblo tan pequeño esas cosas no deberían de suceder.

El lugar era pequeño pero acogedor. La mayoría nacimos aquí, entre árboles y el sonido de las aves. La población no sobrepasaba las mil personas y las opciones eran un poco limitadas, no era un lugar turístico o importante en el mapa; el encanto de su flora era su orgullo. Miles de metros cuadrados rodeaban el pueblo, llenando de color la vista.

Una población pintoresca y tradicional. La mayoría optaban por trabajos aunque los más atrevidos se iban para buscar su camino en otro lugar. De esa pensamiento nació el centro artístico del pueblo, una idea irreverente pero aceptada por la juventud del lugar.

Ahí la conocí.

Nunca debió de ocurrir.

Fue al salir del instituto. Fuimos juntos a mi casa para hacer un trabajo, nunca me gustó el otoño pero a ella sí. Insistía. Su insistencia dió frutos.

Íbamos por el parque. Las hojas dibujaban un raro pero visualmente agradable collage naranja en el camino, trazando figuras y creando historia bajo nuestros pasos. hacia calor, mucho calor. Ella sólo reía, se marcaban sus pequeñas pecas con cada rayo de sol en su rostro.

Fue tan rápido.

De pronto el silencio fue masivo, Cuando me voltea ella ya no estaba, sólo las hojas que se movían en dirección al viento fueron testigos de lo que yo no ví.

-Nos vemos luego, Kayla.

Es lo único que recuerdo de el resto del día. Cuando me dí cuenta ya era de día y tenía que volver al instituto. Todos estaban tranquilos y no notaban su ausencia, -tal vez no querían notarlo-, pregunté por ella pero lo único que me dijieron era que se había marchado a la ciudad. Eso era imposible, les explique que ella estaba conmigo en un trabajo y que al irnos juntos nunca mencionó algo de eso.

Ella es alguien responsable y estable, le gusta avisar con antelación su ausencia y más aún conmigo. Le llamé a su teléfono y sonaba la contestadora, sentí una sensación raro en el estómago y al subir la mirada la escena parecía transcurrir sin yo ser capaz de entender.

Los cuatro se miraron entre si, confundidos y curiosos. Uno de ellos me escudriña con filo en su mirada hasta que se atrevió a hablar.

-¿Cómo es eso posible si tú no viniste ayer?

Eso no tenía sentido.

¿Acaso ella no estuvo conmigo?

¿Acaso ella no estuvo conmigo?

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Memorias Divertidas de Adam Heffling ©Onde histórias criam vida. Descubra agora