En dónde Su-Zu, una adolescente de 17 años que sufre día tras día con sus inseguridades y traumas, deberá enfrentarse a aquellos que le habían estado causando pesadillas en días pasados.
"No importan si las esferas caen o si se está acabando el mun...
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Presiones, armas y juguetones.
— Oh Dios mío.
— Ae-Sol, hazlo rápido.
— Estoy tan cansado.
Desde aquel día en que el primer teniente Lee me había ayudado a mejorar mi técnica a la hora de disparar nuestras clases y entrenamientos habían continuado con regularidad, sin ningún altercado o cosa resaltante en los mismos, lo único que si resaltaba era que los minutos y las horas se habían estado moviendo con demasiada rapidez y fue ahí cuando supe identificar que algo teóricamente fuerte estaba pronto a suceder. La pregunta era, ¿Que podría ser aquello que iba a suceder? No tenía ni idea.
Hasta que llegó el entrenamiento del día de hoy.
Armado y desarmado de armas.
Cómo si de una casualidad se tratase, nuevamente nos tocó entrenar con el uniforme de educación física, y luego de habernos cambiado y colocado los implementos necesarios para el día de hoy nos dirigimos todos hacia el mismo salón en el que habíamos realizado el entrenamiento anterior de armado y desarmado.
Aunque parezca extraño, este ejercicio me emociona y a la misma vez me pone nerviosa, siento emoción porque aún no he olvidado el proceso qué memoricé, mientras que por otro lado siento nervios de fallar ya que estoy demasiado confiada.
El entrenamiento comenzó con normalidad hasta que llegó el último grupo, que estaba conformado por Ha-Na, Bo-Ra, Na-Ra, Woo-Taek y Ae-Sol, ésta última era la causa de qué casi toda la clase 3-2 se encontrara actualmente soltando suspiros de cansancio y enojo, exactamente desde hace más o menos dos horas.
¿La razón?
Ae-Sol no ha podido completar el armado de su arma a pesar de ya haber tenido dos entrenamientos de este tipo—lo cuál considero algo absolutamente normal ya que cada quién tiene tiempo y modos de aprendizaje muy diferentes—el punto principal es que como no lo ha logrado todos debemos quedarnos en el salón hasta que lo pueda terminar, lo cuál empezó a desesperar a la mayoría y los llevó a comportarse de manera déspota y desagradable con la pobre Ae-Sol, la cuál cada vez se dejaba ver más sofocada.
Suspiré apretando mis dedos alrededor del brazo izquierdo de Jang-Soo mientras asentía para mí misma, lamiendo mis resecos labios.
Los entiendo en parte.
Ya que yo también me estoy sintiendo cansada y mi estómago ya empezó a doler de lo hambrienta que estoy, pero también me pongo en su lugar y reconozco que presionándola a avanzar lo único que logran es una reacción negativa en ella.
