15.- Pizzas

22 4 0
                                    

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

15.- Pizzas

Ya casi ni recordaba cómo eran aquellas de cenas caóticas de pizzas. Redescubrirlas la hizo sentir más viva que nunca. Estaba sentada entre Alix y Marinette, Rose estaba frente a ella, no sabía si era casual o planeado, pero decidió no dejar que eso rompiese las buenas sensaciones.

—¿Os acordáis de nuestro primer día de pizzas? —preguntó Alix

Kagami, sentada junto a Rose dejó escapar una risita divertida que hizo que Juleka tomase consciencia de que todas habían cambiado durante aquellos dos años.

—Estuviste a punto de atragantarte con un trozo de beicon —le contestó la japonesa.

—¡Oye! No hablemos de accidentes vergonzosos, tú también tienes alguno, te lo recuerdo.

A la risa de Kagami se le unieron las de las demás. Todas tenían episodios vergonzosos en su haber.

—Me refería a lo nerviosas que estábamos todas por tenerte aquí.

A Juleka no le parecía especialmente remarcable, claro que por aquel entonces ella estaba nerviosa casi siempre.

—Fue tan raro. Nos conocíamos todas y de repente, Marinette, nos dijo que teníamos que invitarte, que nos lo pasaríamos bien.

—Y no me equivoqué —se defendió Marinette.

Zoé se concentró en la porción de pizza a medio comer de su plato, ella no estaba en aquel primer encuentro con Kagami.

—Vamos a ver, Nette. Seamos realistas, nos metiste al enemigo en casa.

Estaba hablando de lo de Adrien. Miró a Marinette preguntándose a dónde iba aquella conversación.

—No te ofendas, Kagami. —La muchacha replicó encogiéndose de hombros, no parecía ni ofendida ni molesta—. Todas intentando juntarte con Adrien y tú vas y te haces amiga de su novia.

—Marinette es así —contestó Mylène—. Se hace amiga de todo el mundo.

—Y cuando ya nos habíamos acostumbrado a Kagami trajiste a Zoé.

La aludida alzó la mirada y la fijó en Alix que le sonrió.

—También os cae bien.

—La adoramos —admitió Alix.

—¡No me asustes, Alix! —exclamó con tono aliviado Zoé que temía que la considerasen una molestia.

—Yo sólo me rodeo de las mejores —soltó Marinette con orgullo.

Hubo una tanda de preguntas absurdas sobre colores, animales y comida precocinada que no llevaba a ningún lado, hasta que Mylène con una risita cambió de tema.

—¿Has ligado mucho, Juleka?

—¿Qué?

—¡Oh! Bravo, Mylène —celebró Alya—. Yo también quería preguntarle por eso, pero no sabía cómo sacar el tema.

—Sí, Juls, cuéntanos y danos envidia a las que nos hemos quedado muertas de aburrimiento en París.

—Ah... no.

Lo cierto era que había conocido a alguien, a la cantante de otro grupo. Habían coincidido en tres ciudades diferentes, pero no era nada remarcable ni destacable. Lo que había ocurrido había sido fruto de la soledad, no de los sentimientos.

—¿En serio? ¿Ni un ligue de una noche? —preguntó esta vez Zoé rompiendo con su actitud prudente.

—Juleka, no les digas nada o no te dejarán en paz —aconsejó Kagami.

—Me he pasado dos años hoy aquí, mañana allí —contestó pausada—. ¿Qué hay de vosotras?

—Ni preguntes —bufó Marinette, no quería hablar de su desastre.

—Yo sigo con Iván.

—Y yo con Nino.

Mylène e Iván estaban hechos el uno para el otro, lo suyo no le sorprendía en absoluto. Lo de Alya y Nino sí, siempre le había parecido que no tendrían futuro, se alegraba de haberse equivocado.

—Lo mío no funciono —añadió Zoé encogiéndose de hombros.

—Hay alguien, pero nada serio —admitió Kagami.

—Yo no he tenido tiempo para ligues —musitó Alix antes de devolver la atención a la pizza en su plato.

Juleka miró Rose que no se había pronunciado y que parecía querer esconderse debajo de la mesa. ¿Tendría pareja y por eso no decía nada? ¿Estaría evitando herirla?

—Con lo guapa que eres seguro que más de una ha caído rendida a tus pies —insistió Mylène.

—No lo sé, no he tenido mucho tiempo libre —barbotó nerviosa—. Entre conciertos y ensayos, he estado ocupada estudiando y conociendo mejor a mi padre.

—Vivicia —soltó Alya.

—No es mi tipo.

Vio con total claridad como Alix se tragaba sobre cuál era su tipo, ya conocía la respuesta, todas la conocían. Rose. Eso no había cambiado, ninguna necesitaba preguntarlo, era más que evidente.

—Dejemos de fastidiar a Juleka —sugirió Zoé para echarle una mano—. ¿Qué os parece si después de las pizzas vamos a buscar a André?

—¡Sí! Hace mucho tiempo que no le encontramos —dijo Rose animada de nuevo.

—¡Genial! Pizzas y helados —celebró Marinette.

Definitivamente la dinámica entre ellas no había cambiado demasiado.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Siento que sea tan corto, no he tenido tiempo para más.
Mañana más.


Seulement des chansons d'amourWhere stories live. Discover now