El club de los corazones rotos® || MYG

Capítulo 7, el karaoke de la cita

- creo que le vas a gustar mucho gatito -dijo Isla emocionada y me regaló una sonrisa confidente que agradecí internamente

- ahora vete, queremos ver a mi hombre Bandit -bromeó Ami y tanto Isla como yo reímos a carcajadas

- Ami ¿Bandit no es un perro?

- es más hombre que los perros con los que he salido -dijo metiéndose una papa a la boca y yo reí divertido

- ¿van a quedarse aquí? -le pregunté a Isla

Ambas habían insistido en ver una película de terror conmigo y con Michael en cuanto regresara de mi cita, pero como Michael había desaparecido desde la mañana, ambas habían decidido venir para "ayudarme" para mi cita.

- sí por favor, ya me convertí en una con tu sofá -dijo Ami e Isla rio

- supongo que sí, pero podemos regresar más tarde -dijo Isla

Tenía la confianza de que Isla se quedara en mi departamento, ella era más madura que el resto de nosotros, a pesar de que solía actuar un poco infantil de vez en cuando, eso junto al hecho de que era un persona excesivamente ordenada, me hacían saber que no habría desastre alguno en mi departamento y cómo iba a ir a un karaoke cerca del hogar de Aria, si llegábamos a necesitar espacio solo para los dos, su departamento estaría ahí.

- tranquila, si se van me avisas ¿sí? -le dije a Isla y ella asintió con la cabeza

En un momento de la vida en que Ami se desmayó en su departamento, Michael e Isla sugirieron la idea de darles copias de nuestras llaves, principalmente a Isla por el hecho de que sus padres eran doctores. Fue gracias a que Ami dejó la puerta abierta que pudieron socorrerla en esa ocasión, pero para estar seguros de los dos "foráneos" nos lo dijeron a los dos y accedimos, Ami le dio una copia a ambos y yo solo le di una copia a Isla porque le tenía mucha más confianza.

- bien, suerte en tu cita campeón -bromeó Isla y yo reí bajo

- tráenos comida ¿quieres nene? -dijo Ami desde el sofá y yo tomé mis últimas cosas y salí del departamento

Conduje rápido entre las calles hasta llegar al karaoke en el que Aria y yo habíamos quedado, estacioné dos cuadras atrás porque se notaba que todo lo demás estaba lleno.

Como me esperaba, llegué antes que Aria, así que ordené un vaso de cerveza para tranquilizar los nervio que empezaban a brotar en mí. Me daba cuenta de que no eran nervios simples y llanos, eran nervios de que la cita saliera igual de mal que las otras veces y terminara sin conocer a mi crush fuera de su apariencia física.

Hasta el momento sabía que se llamaba Aria, que era de Grecia, que tenía una hermana de no sé qué edad, vivía en el piso 8 del edificio de Amelia, le gustaba tomar fotografías y que era muy activa en Instagram, incluso llegué a pensar que era una influencer. Por el momento, solo sabía esos datos que, a decir verdad, eran casi irrelevantes considerando lo mucho que me llamaba la atención y el tiempo que habíamos hablado por chat.

Como unos diez minutos después llegó, tenía un bonito vestido negro que se ceñía a su figura y unos tacos tipo sandalia que la hacían ver un poco más alta, pero seguía sin ser más alta que ello y eso era un detalle que yo disfrutaba, personalmente hablando.

- lamento haberte hecho esperar -dijo ella y yo negué con la cabeza

- no he llegado hace mucho -le expliqué y ella se sentó junto a mí en un sofá amplio- bueno, ahora que llegaste ya podemos pedir un cubículo para ir a cantar -dije animado y ella me apoyó

Nos llevaron a un cubículo, Aria pidió un postre y yo pedí una botella de agua. Pasé media hora esperando a que escogiera su canción, media hora en la que le hacía preguntas que a duras penas me respondía por su concentración en buscar algo, pero en algún momento lo encontró. Empezó a cantar una canción de ABBA que nunca había escuchado, pero que me pareció bastante aburrida desde que me percaté que el coro no tenía nada interesante para mí. Yo también canté un par de canciones y después llegó su postre y mi botella de agua, entonces por fin, tuvimos una bendita conversación larga.