Cider cookies 「 Minsung 」

18

Un segundo dedo entró, gimió en alto indicando su dolor.

A lo que Minho respondió acercando su rostro al menor, uniendo sus labios en un tierno beso.

Gemía entre los besos gracias a el estímulo que le brindaba los dedos del mayor

—¿Los puedes sentir, cielo?— susurró el pelinegro, mordió leve el lóbulo del menor

—¿Te gusta como lo hago?— Han gimió en alto, otro dedo ocupándose de darle placer.

Lee se separó unos segundos del tembloroso cuerpo del peliazul, rebusco en los cajones hasta encontrar lo que necesitaba.

Tiro el paquete de condones a un lado del cuerpo de Han, con tranquilidad abrió la botella de lubricante sellada, dejando caer el líquido frío sobre la entrada del contrario y en sus dedos.

Giró el cuerpo del peliazul volviendo a introducir uno a uno, disfrutando de los sonidos de placer que soltaba su pareja.

Movió sus dedos con fuerza, creando un chapoteo que inundaba la habitación al igual que los fuertes gemidos del chico

—M-Minho, mételo ya— murmuró Jisung, conectando su mirada con la del mayor sobre su hombro.

El mayor observó las vistas que tenía, Jisung gimoteando debajo suyo.

Su trasero suave y redondo enfrente suyo, rogando por ser penetrado, su espalda arqueada y sus músculos ejercitados estaban contraídos; A pesar de que no pudiera ver del todo su rostro, pudo disfrutar de las mejillas rojas del chico, algunas lágrimas a punto de desplazarse por su mejilla y sus ojos volviéndose blancos por el placer.

Su miembro brotó aún más líquido al poder saborear -con la mirada- aquel cuerpo, ahora lo tenía que hacer con la lengua.

Lee sonrió ladino, agarrando el primer sobre que vio, abriéndolo y colocándolo en su falo con facilidad.

Dejó caer un poco más de lubricante, lo que menos quería era que Han acabara herido.

Llevó su mano a la delgada cintura, restregando su masculinidad entre las posaderas del chico y jadeo al ver lo fácil que sería embestir a su pareja, escuchó algunas quejas y gemidos bajos.

Sin jugar más, empezó a introducir su miembro con lentitud.

Jisung jadeaba, intentando llenar sus pulmones. Gimió en alto cuando sintió una leve estocada, indicando que Lee había entrado por completo.

El mayor pegó su pecho a la espalda del menor, dejándo besos en su hombro.

Guió su mano al miembro del chico, masturbandolo con rapidez. Han movió sus caderas y Minho lo tomó como luz verde para poder disfrutar del dulce cuerpo del chico.

—M-min~...— Las estocadas comenzaron siendo suaves pero precisas, dejando a ambos necesitados por un poco más.

Han se quejó entre gemidos cuando la fuerza de las embestidas no aumentaron, moviendo su cuerpo hacia atrás, en busca de más contacto.

—¿Quieres que vaya más rápido?— Minho acercó se pecho a la espalda del peliazul, susurrando palabras obscenas en su oreja

—¿Quieres sentir mi polla rompiéndote, ah?— Posó su mano por el pecho del menor mientras apretaba su cintura con la otra, dejando marca en ella

—Respóndeme, Han— Gruño, apretando el glande del chico

Jisung volvió a gemir

—Si, si por favor~— Jadeo con desesperación, sintiendo las mordidas que dejaba Lee en su hombro