CAPÍTULO 30

618 88 5
                                    

                                   GUN

Han pasado dos días desde que a off le dieron el alta, luego del aparatosoa ccidente en el que se vio envuelto gracias a algún lunático que se dio a la fuga sin dejar rastro. En consecuencia, él tenía que seguir usando el cabestrillo en su brazo izquierdo durante un par de semanas más, cosa que lo ponía un poco más irritable de lo usual, cuando a tareas del hogar se trata.

-Desearía poder prepararte el desayuno, cielo -dijo desde la mesa con un puchero en los labios. Me siento como un inútil.

Puse mis ojos en blanco.

-off, un embarazo no es una incapacidad,
aun puedo moverme lo suficiente como para preparar café y hacer unas tostadas.

-Lo sé, pero no se suponía que fuera así.

Me dirigí hasta él para darle su taza de café, y aproveché la oportunidad para depositar un beso en su frente.

-Anda, papi, tómatelo, te hará bien, te pondrá de buen ánimo -dije, mientras acariciaba su cabello revuelto.

Off bufó.

-Por cierto, ¿Qué ha dicho la policía sobre el
sujeto que provocó el accidente? -inquirí con el ceño fruncido.

-Aún nada. Todo parece indicar que se
esfumó -resopló malhumorado-.

Probablemente, para este entonces ya esté en otro estado. Asentí reflexivo. Cada vez que pensaba en cuan diferente seria mi vida si este accidente hubiese terminado en una tragedia peor, la sola idea de una vida sin papi provocaba que mis ojos se llenaran de lágrimas.

-El único consuelo que me queda es que estas bien, amor -dije, en cuanto colocaba las tostadas en un plato-. Del resto, la vida se encargará. No podemos darnos el lujo de amargarnos por ese tema justo ahora.

-Tienes razón, bebe-papi esbozó una
sonrisa repleta de ternura-. Falta poco para
conocer a nuestro bebé, eso es todo en lo que puedo pensar.

-El pequeño chimon cada día patea mi hígado con más fuerza dije, junto con una carcajada repleta de la felicidad que sentía al pensar en que faltaban apenas un par de semanas para que mi hijo viera la luz del sol.

-Ya quiere conocer a sus papás -comentó
Papi, risueño-. Por cierto, esta tarde mike
vendrá a ayudarme a recoger todo lo que
necesito para trabajar desde aquí. Tenemos que ir a mi casa y a la oficina, probablemente nos tomará toda la tarde, considerando que haré que mike cargue todo al auto, ¿crees que estés bien sin mí?

-Sobreviviré -dije con una sonrisa burlona. Lo apunté con mi cucharilla-. Pero promete que no intentarás hacerte el fuerte. Tu brazo necesita total reposo.

-Lo sé, lo sé, no te preocupes, amor, tus
demandas son órdenes para mí.

Sonreí ante cuán doméstico se escuchó eso.

-Por cierto, no olvides que hoy la señora Jennie vendrá a tomarte los signos vitales -dijo papi mientras bebía su café.

-Oh, no, otra vez tendré que someterme a su báscula infernal -me quejé.

-Es por tu bien y el de nuestro bebé. No
queremos que vuelvas a tener otra crisis con tu presión arterial.

-Fue cosa de una sola vez, es normal que
durante esta etapa del embarazo sienta la
presión alta.

-De todas maneras, solo déjala hacer su
trabajo, o haré que traiga un suero con
suplementos vitamínicos para ti.

-No más sueros por favor.

Papi rio entre dientes contra el borde de su
humeante taza de café.



Observé mi reflejo en el espejo empañado del baño luego de una ducha rápida. Me puse ropa cómoda para tomar una siesta en la tarde con la esperanza de despertar antes de que papi regresara a casa, pero, el timbre sonó, y recordé que mi enfermera particular vendría a tomarme los signos vitales.

Ver como mi peso corporal no hace más que aumentar visita tras visita de la señora Jennie era un duro golpe a mi vanidad.

Abrí la puerta segundos después, y mi corazón descendió en caída libre por mi estómago.

-gun, ha pasado mucho tiempo -dijo la
última persona a la que esperaría ver de pie
frente a mi puerta de nuevo.

-¿Oab..? -Mi cabeza dio vueltas con el
simple hecho de mencionar su nombre en Voz alta-. ¿Qué rayos haces aquí?

-Pasé a saludar... quería verte, ¿podemos
hablar?bEnvolví mis brazos alrededor de mi vientre como acto reflejo.

-Túy yo no tenemos nada de qué hablar -
escupí aquellas palabras sin aliento-. Largo de aquí o llamaré a la policía.

Oab miró mi vientre con una sonrisa sucia.

-De acuerdo, lo haremos a mi manera
entonces -dijo, y antes de que pudiera ponerbdistancia entre ambos y cerrar la puerta, labbestia a la que solía lamar «mi esposo» agarró mi cabello en un puño, sometiéndome a sus demandas.

-iAhora quién vendrá a ayudarte? ¿mhm? ¿El imbécil de Earth? Por su culpa te quedaste con todo tras nuestro divorcio, ¿no te bastó matar abnuestro hijo? ;Mírate! ¡No tienes vergüenza! Solté un jadeó de horror cuando oab posó su mano sobre mi vientre de ocho meses.

-i¿Crees que mereces ser feliz luego de
arruinar mi vida?!

-¡oab! Por favor! ¡No hagas nada de lo que
puedas arrepentirte después! -sollocé
aterrorizado-. ¡Vete! No le diré a nadie que
viniste...

El agarre de su puño se hizo más fuerte. Él jaló mi cabeza hacia atrás con saña.

-Es una lástima que ese hijo de p-u-t-a con el que vives no se muriera -gruñó entre dientes -. Llevo observándote desde hace mucho tiempo, vaya líos en los que te metes hoy en día. Eres un desastre sin mí.
Intenté apretar su muñeca para apartarme de su agarre pero eso solo provocó que ejerciera más presión contra mí.

-i¿De qué hablas?! ¡Solo suéltame!-grité. Lo
que terminó convirtiéndose en mi peor error, ya que sentí como su puño se estrelló contra mi rostro y todo se tornó blanco por un momento.

Caí al suelo. Mis ojos derramaron las lágrimas acumuladas ante la impotencia que sentí al encontrarme una vez más indefenso frente al peor ser con el que me había topado en la vida.

-¿Ahora por qué no te ries? -demandó.

Oab me tomó de la parte posterior del cuellobpara que lo observara a los ojos mientras escupida sus palabras repletas de veneno ybrencor-. Fue muy gracioso para ti ver como tu abogado me arruinaba centavo por centavo. Negué. Mi llanto incesante parecía divertirle. Él dejó caer mi cabeza sobre la alfombra, antes de patear mi vientre.

Me hice un ovillo con la peor expresión de
horror que pude haber concebido en mi vida. -Ya que tu nuevo noviecito sigue existiendo, te quitaré algo que sé te dolerá más que un amante.

-¡NO! ¡Por favor! ¡Te lo ruego! Si quieres dinero te daré todo el que quieras... pero déjame a mí y a mi bebé en paz.

-Las cosas no funcionan así, querido.

Jamás había sentido tanto miedo como en ese preciso momento.

Un Donante por accidente [Offgun]Where stories live. Discover now