Un Donante por accidente [Offgun]

CAPÍTULO 4

                                OFF

-Señor Jumpol! ¿Cómo le fue?

Mike, mi asistente, corrió tras de mi desde que bajé del ascensor. El muchacho era una molestia.

Él lo tenía todo: era entrometido, despistado, torpe, y preparaba el peor café de la cuadra, probablemente.

-Mike, por favor, necesito descansar. Ha sido un día muy largo -resoplé frustrado-. No quiero hablar con nadie, ¿de acuerdo?

-De acuerdo, jefe. Como usted ordene.

Cancelaré todos los compromisos en su
agenda por hoy.

Rob me miró con esos enormes ojos de
cachorro. Aún no podía creer que ese pobre muchacho me tuviera como su ejemplo a seguir.

En palabras de su madre, quien un día llegó a mi oficina con una caja de galletas, me contó que su hijo de veintidós años consideraba un
gran honor trabajar para mií.

Sonreí conmovido, y, desde entonces, he
desarrollado una paciencia sobrenatural con él.

-Terminaré un par de pendientes en mi oficina y me iré tempran... tú ya vete.

-¿Seguro, señor?

Asentí y me obligué a llegar a mi escritorio. Me recosté contra mi silla y cerré los ojos. Lo útimno que deseaba en este momento era pensar.

Odiaba pensar en las palabras de Gun Attaphad. El era probablemente la persona más egoísta que he conocido -aparte de mi padre- claro está.

Nadie le gana a ese anciano cruel.

¿Cómo es posible que un hombre con un rostro tan angelical, y unos rizos de chocolate tan adorables, fuera así de irascible? Probablemente se deba a la amargura que siente por su divorcio.

No era mi culpa que su esposo lo abandonara, o lo que sea que pasó con su matrimonio. No me interesa. Ese hombre tiene a mi bebé dentro de su vientre y tendrá que hacer todo lo
que yo le diga.

Me tomé un par de minutos para descansar los ojos. La idea de un trago de whisky me obligó a arrastrarme hasta el mini bar y tomar una copa.

Desaté mi corbata mientras pensaba en
lo adorable que ese hombre lucía con una panza de seis meses. Era una lástima que no tengamos la suficiente confianza como para pedirle permiso de acariciar su vientre.

Amaría hacer eso. Deseaba poder escuchar los latidos del corazón de mi pequeño. Pero este se encontraba atrapado en el Doncel más testarudo de este planeta.

Me centré en mi trabajo durante las siguientes dos horas, y, cuando éste se encontró finalizado, me dirigí a mi hogar. Me gustaría decir que al menos un perro me esperaba en casa, moviendo la cola compulsivamente en búsqueda de mi atención, pero ese no era el caso. Tenía un gato gordo al que no podía importarle menos si vivo o
muero. Y lo más probable es que si muero repentinamente en la sala de mi casa, él no esperará a que mi cuerpo termine de enfriarse para comenzar a alimentarse de mí.

-Hola, mimi, ¿qué tal tu día?

~miiaaww~

Los enormes ojos azules de mimi me miraron con desinterés y desprecio.

-Me alegra escuchar eso -le respondí a su espalda porque fue lo que me dio luego del maullido más escuálido de su repertorio.

Genial, es hora de preparar la cena.

Cociné solo -como lo hacía todos los días
- incluso lo hacía mientras estaba en una relación con mi ex. Ella jamás tocó ni un solo utensilio de mi cocina, más que el descorchador de botellas.

Luego de cenar, me dispuse a llamar a mis abogados para contarles todo lo acontecido con Gun Attaphad.

-Buenas noches, surgió algo.. -comenté
Como saludo.

-Dígame, Off Jumpol -dijo mi abogado al
otro lado de la línea.

-Luego de la visita que le hice a Gun Attaphad, lo invité a almorzar aprovechando de que parecía haber bajado la guardia, pero las cosas
terminaron mal.

-¿Qué tan mal?

-Muy mal. De hecho, no creo que me permita acercarme a él de nuevo.

-Ya veo...

Un silencio lo suficientemente extenso como para que lo notara se hizo al otro lado de la línea, pero, pronto, mi abogado volvió a dirigirse a mí con forzado optimismo.

-Resolveremos esta situación, señor Jumpol, no se preocupe. Mañana lo espero en mi despacho para que discutamos nuestros siguientes pasos, por ahora evite cualquier contacto con el señor Attaphad.

Gruñí como respuesta. Pero en el fondo sabía que era lo mejor.

Ya había hecho suficiente..

Cuando colgué la llamada, el peso de mi
soledad me sobrepasó. Sentí la molesta
humedad en mis mejillas que tanto evité
durante todo mi día de mierda.

Me senté en el rincón más confortable de mi casa con decoración estéril. El tipo de casa con la que esperarías toparte cuando escuchas sobre Off Jumpol.

Reí amargamente mientras pensaba en cuanto deseaba que mi madre estuviera junto a mí. Un abrazo de los suyos era un bálsamo para cualquier mal.

Ella era un ángel. Falleció hace muchos años. Yo apenas tenía doce cuando el cáncer acabó con su vida en un abrir y cerrar de ojos. Si tan solo pudiera escuchar su voz una vez más... ver su rostro a centímetros del mío y recibir el aromna a té verde de su cabello.

Tenía una foto suya en mi billetera. La llevaba conmigo a todas partes. Era mi amuleto de la Suerte.

Y vaya que necesito toda la ayuda del mundo. Nunca fui una persona fácil de tratar. Mis ex parejas podrían iniciar un grupo de apoyo para discutir porque yo era el responsable de sacar lo peor de cada uno de ellos.

"La violencia verbal" que escalaba a "violencia física' sería el tema más popular de esas reuniones. Jamás le levanté la mano a ninguno de ellos;
ya sean hombres o mujeres, ninguno puede acusarnme de algo como eso. El único que terminaba recibiendo la violencia física era yo.

Siempre fui el receptor de las bofetadas, los empujones y los objetos lanzados al aire porque podía comprender la frustración que sentían. Mis palabras y actitudes eran crueles. AI parecer lo adopté de mi padre. Y la fortaleza
para soportar la ira en mi contra lo aprendí de mi madre.

Eché mi cabeza hacia atrás. La parte posterior de esta golpeó la pared a penas lo suficiente para causarme dolor y traerme de vuelta al presente.

Mi deber como padre era luchar por mi hijo. Mi madre lo hizo por mí hasta su último aliento, y en el fondo de mi corazón sé que ella no espera menos de mi.

Holis aquí tienen dos capítulos nuevos, espero les este gustando
Nos vemos mañana
Bayyy