Capitulo 8.

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Pasaron exactamente dos días de la discusión que Brady tuvo con mi familia, dos días donde no les he vuelto a dirigir la palabra, ni siquiera a mirarlos y, ya que no quiere volver a escuchar lo mismo de siempre, así que lo mejor fue irse antes de para no verlos a todos, pensó en comprar de ahora en adelante si desayuno en la cafetería.

Todo el día estuvo aburrido, por lo que cuando terminaron las primeras clases se dirigió a la cafetería con Eliot, compraron lo que querían y fueron a sentarse en una de las mesas.

—Eliot —le llamó al otro—, amigo, hoy no me esperes, voy a hacer una cosa después de clases.

Desde hace unos días tenía un pensamiento en la cabeza y justo ese día sería el momento perfecto para realizar su cometido.

—Bueno, pero se puede saber qué es lo que vas a hacer —el chico se interesó por saber lo que su amigo haría.

—Lo siento amigo, pero es algo personal de lo que me tengo que encargar.

—Está bien Brady, solo espero que no cometas una locura —dijo burlón a lo que los dos empezaron a reírse.

Era más que obvio, según él, que no voy a hacer una locura, solamente iba a hacer lo que era correcto desde su razonamiento.

Salió un momento a tomar aire fresco, en eso logró distinguir dos olores, el de un vampiro y el otro olía a menta fresca con algo de caramelo. Entre más se acercaba, más escuchaba las voces de esas personas. Llegó y pudo distinguir que una de esas voces era de Ian, se acercó más para escuchar bien lo que decían.

—Ian ¿Alguna vez te ha gustado alguien?

—La verdad si me ha gustado una persona, y me sigue gustando, pero desde hace ya varios años no ha vuelto a hablarme —dijo bajando la mirada.

—Perdón amigo, no sabía qué decirte, eso te pondría mal —le dio un abrazo a lo que empezó a sollozar en su hombro.

—Desde que éramos pequeños, siempre andábamos juntos de un lado para el otro, nuestras familias siempre han sabido convivir la una con la otra, ya que somos manadas, aliadas y más ahora que sus hijos han sido bendecidos con la unión de pareja con mis hermanos.

—Espera —Dylan pensó un momento—. La manada aliada, me estás queriendo decir ¿Qué te gusta Brady Tate, próximo Alfa de la manada Cuervo Negro?.

Estaba hablando sobre él, no lo podía creer, así que está enamorado de él desde que eran solo unos pequeños.

—Sí, desde que éramos niños siempre me ha gustado, con él me sentía protegido, a salvo y amado, pensé que sentía lo mismo que yo, pero cuando se le acercaron personas que se hacen llamar "amigos" me botó como un trapo viejo.

—No trataste de hablar con él, acercarte y descubrir si sentía lo mismo que tú o por lo menos quedar como amigos.

—Crees que no lo intente —miro a otro lado—. Cada vez que lo veía aquí, en el instituto, cuando había juntas o reuniones de las familias, siempre trataba de hablarle, pero siempre que me acercaba a él se alejaba de mí o hacía una cara de desagrado, no volví a intentar hablarle —volvió a ver a Dylan.

Apretó sus labios en una línea recta. — Después que se hizo novio de Jean, así que fue la respuesta definitiva que necesité para no intentar nada con él.

—¿Quién rayos es Jean? —Pregunto el castaño sin saber de aquella chica.

—Es Jean Martín —respondió la duda de su amigo—. Todos dicen que la han visto coquetear con medio instituto, igual no sé si Brady sabe que tipo de chica es ella, pero sus padres y hermanos no la aceptan.

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