Capítulo 8

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Estaba cantando en la cocina cuando un Tsukishima, con aún la muda de ropa la cual siempre utiliza para entrenar, estaba parado en el marco de la puerta de la cocina, al recibir un susto me dijo que quería hablar sobre algo

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Estaba cantando en la cocina cuando un Tsukishima, con aún la muda de ropa la cual siempre utiliza para entrenar, estaba parado en el marco de la puerta de la cocina, al recibir un susto me dijo que quería hablar sobre algo.

¿Hana es mi hija? —pero no pensaba que fuera esto.

Esto no le tenía en mente, que tal si pensaba que lo hice porque no tenía esperanzas de que él cuidara de mi hija y de mi o si no quería criar con él a Hana. Es verdad, le escondí la verdadera historia de esto pero no pensaba que la verdad tuviera que salir rápido aunque él tiene que saber la verdad.

¿Te diste cuenta? —sonreí y solamente pude sentir unos brazos rodeando todo mi cuerpo.

Estoy tan feliz pero, ¿por qué no me lo habías dicho antes? —me sentí en las nubes, no podía creer que esto estuviera pasando y las lágrimas comenzaron a caer.

Después de unos minutos dónde pude tranquilizar mi llanto le logré contar toda la historia de esto, como me di cuenta, como lo afronte y quienes estuvieron para mí en esos drásticos momentos.

¿Y por qué no me contaste? —acariciaba mi corto cabello verdoso.

Porque pensaba que no me apoyarías o que sería una carga para ti —tenía ganas de volver a llorar.

No pienses eso —acarició mi rostro—. En ese momento claro que me hubiera impactado pero también me hubiera hecho cargo de toda esta situación y no te dejaría nunca solo —sus brazos volvieron a enredarse en mi torso.

Gracias Kei, te amo —me separé un poco y plantee un beso en sus labios.

También te amo —un cálido pero intenso beso se hizo entre ambos.

Cuando por fin llegó Hana de la travesía con la abuela, decidimos hablar claramente con ella, la cual ya comenzaba a presentar algunos rasgos de alfa, tenía que salir igual a su padre.

¿De qué quieres hablar papá? —se sentó en el comedor donde ya estábamos Kei y yo.

Bueno —comenzó a hablar el alfa de la familia—. Quiero hablar contigo —coloqué mi mano en su pierna—. Mejor dicho, queremos hablar contigo.

Te acuerdas cuando eras un poco más chica y me preguntaste sobre tu papá —ella asintió emocionada.

Perdóname por no haberme dado cuenta antes —su cara cambio drásticamente a una de confusión—. Pero, yo soy tu papá —la sala se puso en silencio completo.

𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒆𝒍 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 ~𝒯𝓈𝓊𝓀𝓀𝒾𝓎𝒶𝓂𝒶 🫀Where stories live. Discover now