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Desde hace algunas semanas, Kei quería hablar conmigo para quedar con algo, aunque realmente no sabía que estaba pasando pero debido al trabajo no tenía tiempo para tener algún tiempo libre.
Hasta que el día de hoy por fin tenía un espacio para estar con él, la verdad lo extrañaba demasiado y sin dudarlo le mandé un mensaje para poder quedar con él.
Tsukki 💗
Holaaa, ¿podemos vernos el día de hoy? 12:27 AM
Holaaa, sin ningún problema, ¿paso por ti? 12:27 AM
¿Ya saliste? 12:27 AM
Justamente el día de hoy es mi día libre, así que tengo tiempo. 12:27 AM
Entonces acepto, ¿te espero en la entrada? 12:27 AM
Sí, llegó en 10 minutos. 12:27 AM
Me emocioné como si fuera la primera cita que tuviéramos, de igual forma recordé aquellos tiempos en la preparatoria donde me sentía de la mejor forma. Baje a la entrada y lo espere con calma viendo algunos vídeos que me mandaba Hinata, mayormente eran de comida o de voleibol, extrañaba jugarlo al igual que observar como lo hacía mi alfa.
—¿Vas a seguir esperando? —alcé mi mirada y encontré al antes mencionado.
—Lo siento —subí y saludé a Tsukki—. Estaba en mis pensamientos, ¿dónde vamos a ir? —pregunté atandome el cinturón de seguridad.
—¿Quieres ir a la tienda que nos gusta de malteadas? —mis ojos brillaron como nunca antes— Tomaré tu acción como un sí —arrancó y emprendimos viaje a ese pequeño pero tan acogedor lugar.
En el camino pude notar como estaba un poco nervioso pero no quise mencionar alguna cosa, no quería arruinar el momento, ¿qué estará planteando? Al momento de entrar al negocio me indicó que buscara alguna mesa para ambos mientras iba por las bebidas, escogí una cerca de la ventana ya que nos gustaba a ambos observar como las hojas de los árboles caían lentamente.
Llegó con una sonrisa muy bella y las dos bebidas que las dejo en la mesa. Empecé a consumirla y me hizo recordar las pequeñas citas que teníamos en la preparatoria.
—Siguen siendo buenas, ¿no? —asentí.
—¿Me vas a decir? —sus ojos se abrieron.
—Está bien, te lo voy a decir —suspiró—. Tenía planeado decírtelo en una ocasión especial pero creo que es mejor ahora —me tomó de las manos—. Quiero proponerte una cosa, ¿quieres irte a vivir conmigo? Claro, también está bienvenida Hana, esa niña me ha alegrado mi vida desde que supe de su existencia, ¿qué piensas? —no podía creer lo que me había dicho, esto era una broma, aunque lo descarte de inmediato por su rostro ya serio.
