14.Realtá

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"No hay peor ciego que el que ve la realidad y decide volver a cerrar los ojos

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"No hay peor ciego que el que ve la realidad y decide volver a cerrar los ojos."

Anónimo.

El sol en Marbella despuntó en el horizonte bañando las calles de piedras del blanco reflejo de las casas que abundaban en calle rivera. Gianna despertó con la luz que entraba en la ventana, le dolía la cabeza y el coño. Gruñó dándole la espalda a la luz y su cara se estampó contra una espalda, la espalda tatuada de Calavera. Este se removió llevándose las manos a la cabeza con un quejido. Anoche habían entrado en cuanto club y bar había en el camino, las bebidas volaron y un vago recuerdo de un puente donde estaba abierta para que Renzo bebiese de ella, la golpeó.

—Hijo de puta, me diste una oral en un puente público, alguien nos tuvo que haber visto. —murmuró cansada.

—Deja que te llegue el recuerdo de lo que hiciste con aquella mujer.

Gianna arrugo el ceño y parpadeó un poco ajustándose a la luz.

—¿Qué hice?

Renzo se giró con una cara no mejor que ella.

—Barriste la barra del bar con su cara, creo que dejó una mejilla de bótox en el otro extremo. Constantino había llamado por una pesadilla y lo calmamos entre los dos. La señora se atrevió a decirte que mujeres como tú, que eran más mujer que madre y no debían poder procrear por estar allá en vez de con tu hijo. —dijo con otro gesto de dolor en la cara. —Esas fueron sus últimas palabras antes de que la usaras de trapo.

Gianna se puso la mano en los ojos, no recordaba nada, pero no la tomaba de sorpresa al oír el relato. Eso le recordó la pastilla que tenía que tomar.

—Necesitamos pasar por la farmacia, para la pastilla.

—Si y necesitas un chequeo con la ginecóloga. Quiero poder follarte sin barreras que me impidan disfrutarte.

La castaña se levantó sonriendo, viéndose desnuda y con múltiples moretones, Renzo no estaba diferente, aunque la tinta le tapasen más los rasguños. Se giró hacia él con una mueca burlona.

—¿Qué te hace pensar que esto...? — se apuntó y luego a él varias veces. —¿Sucederá de nuevo?

Renzo se levantó con cara de pocos amigos.

—No empieces a...

—Cariño, la pasé de maravilla anoche. —se acercó pasando un dedo por su abdomen y le dio un beso en la mejilla. —pero aterriza, yo no repito con pollas que utilizan el lujo para impresionar. Apesta a que quieres compensar algo que te falta. Y conmigo es todo o nada.

Gianna se dio media vuelta cogiendo el vestido sin nada por debajo sintiéndose la más perra. A ver como se tragaba el ego el señor Calavera ahora que lo trató como el trataba a las mujeres. Aunque parte de ella se sentía más aliviada ahora que había puesto distancia, anoche le había gustado mucho, tanto que había olvidado en algún punto que Renzo era el mafioso que debía destruir y se lo había follado con ganas.

Stiletto VendettaWhere stories live. Discover now