𝗖𝗮𝘂𝘁𝗶𝘃𝗮

21 4 0
                                    

˚•╷○╔ 𝗡𝗶𝘀𝗵𝗶𝗺𝘂𝗿𝗮 𝗥𝗶𝗸𝗶 ╝○•╷

Fue completamente momentáneo. Nada más entrar en la habitación tenía una mirada rebelde. Mostraba una fuerza, una rebeldía, unas ganas de luchar, la verdad que muy molestas, pero eso muestra carácter y me gusta ese carácter. Pero vi cómo cambió el color de sus ojos. Cuando mis guardias trajeron a Sunghoon su mirada dejó de mostrar fortaleza, de repente vi el pánico en sus ojos, ese terror. Cuando le propuse la misma oferta que aquella noche vi la mirada derrotada en sus ojos, lo había conseguido, por fin la tendría.

Le ordené que se pusiera contra la pared con las manos en alto y lo hizo. No solo eso sino que se mostró completamente sumisa. Cuando por fin logré besarla no pude evitar que una sonrisa pícara asomara. Ella tenía mucho miedo, eso lo podía leer en su mirada. Tenía los ojos llorosos entonces con la mano le agarre la cara y empecé a acariciar sus mejillas. Instintivamente unas lágrimas cayeron de sus ojos, lágrimas que procedí a secar. Puede que solo fueran imaginaciones mías pero creo que por primera vez vi como no había odio en sus ojos, como detrás de cada acto de rebeldía solo hay una niña asustada.

Al día siguiente la encontré en las barras aferrándose a ese tal Sunghoon. Estaban muy unidos, eso era un problema y como he dicho una ventaja. Entre un poco rabioso por ello y creo que eso ella lo noto porque instintivamente se alejó hacia la pared.

Ni-ki: No te asustes. No voy a hacerte nada

Entré en la celda. Ella estaba sentada en el suelo, hizo el gesto de levantarse pero le dije que eso no era necesario. Me senté al lado de ella.

Ni-ki: Este suelo no es muy cómodo ¿verdad?

T/N: No, no lo es.

Ni-ki: Espera unos minutos, ahora vuelvo.

Salí de aquella sala y volví con dos cojines en la mano. Cuando ella los vió creí atisbar en su rostro una sonrisa que intentaba ocultar.

T/N: Gracias.

Ni-ki: De nada preciosa.

Estuvimos conversando un largo rato y ella comenzó a sentirse más cómoda conmigo. Pasaron los días y cada vez me acercaba más a ella. Dejó de asustarse con mi presencia, empezó de hecho a alegrarse de que viniera. Pasaron los días y un día me di cuenta de lo mucho que habíamos avanzado. Al entrar en la celda le dije lo preciosa que era y ella se sonrojo, luego ella se acerco a mi y empezamos a acortar la distancia entre ambos, pero cuando estaba decidido a besarla salto el.

Sunghoon: T/n, no lo hagas, por favor.

Ni-ki: Hazlo.

Empezó a mover la cabeza de un lado al otro, miraba a Sunghoon y luego me miraba a mi. A si que la agarre de la cintura la pegue mas a mi y con la mano hice que me mirara a mi.

T/N: Ni-ki, ¿puedo proponerte un trato?

Ni-ki: Veremos. Dilo.

T/N: Yo por Sunghoon.

Ni-ki: ¿Eso qué quiere decir exactamente?

T/N: Prometo servirte, tal y como estoy haciendo ahora mismo o incluso más, si sueltas a Sunghoon y lo dejas libre.

Ni-ki: Tienes que cumplir tu palabra o si no lo volveremos a traer y se lo haremos pasar mal.

T/N: Acepto.

Ni-ki: Se me ocurre una idea de cerrar el trato.

Entonces ella me beso, pero note como lo hacía por compromiso, estaba tensa, no estaba del todo cómoda conmigo, pero estoy segura de que con el tiempo acabaría por estarlo. En cierto modo con aquel trato salía ganando. Si liberaba a Sunghoon ella no estaría todo el día a su lado y si dejara de verlo tal vez sería más fácil de que lo olvidara.

✧・゚ 𝗧/𝗡✧・゚:

Puede que me equivocara, tal vez no era tan malo. Pero que estaba diciendo, claro que lo era, me había secuestrado y a Sunghoon también, pero no me había hecho daño, aunque a Sunghoon si. No sabía qué sentir ni qué pensar. ¿Esto era el síndrome de Estocolmo? ¿Me estaba enamorando? No, no podría hacerlo. Yo amaba a Sunghoon, que estaba diciendo.

Desde que nos dimos el primer beso todo era confuso. El comenzó a tratarme con caballerosidad. Me empezó a darme diferentes privilegios. Me trajo cojines, mantas, hasta una nueva cama más cómoda. Me dejaba salir para asearme. También me empezó a traer diferente ropa para que me sintiera cómoda.

Un día tras hablar con él conseguí que liberaran a Sunghoon. No quería dejar de verlo, pero los guardias apenas nos dejaban hablar y quería que él fuera libre.

T/N: Sunghoon, corto contigo, olvídate de mí.

Sunghoon: No digas eso, yo te quiero.

T/N: Y yo, no sabes lo mucho que te quiero.

Sunghoon: Entonces no digas eso por favor.

T/N: No se que será de mi y quiero que seas feliz fuera, aunque sea sin mi.

No nos dejaron hablar más y se lo llevaron. Me caí al suelo y era un mar de lágrimas. Lo iba a extrañar mucho, pero estaba muy feliz de que al fin lo liberaran. Después de varias horas Niki vino a verme con una caja de pañuelos.

Ni-ki: Tengo buenas noticias para ti.

T/N: ¿Si?

Ni-ki: No quiero que pases más tiempo en esta horrible celda. Agarrate a mi. Voy a llevarte a tus aposentos.

Me secó las lágrimas con los pañuelos y tras ayudarme a levantarme me pegue a él y me agarre a su brazo. Me di cuenta de lo alto que era y lo pequeña que me quedaba a su lado. Me sacó de aquella sala oscura y fría y entré a una zona mucho más iluminada. Tanta luz me hacía daño en los ojos por lo que me pegue más a él y él sonriendo me dio unas palmaditas en la cabeza.

Me llevó a una habitación preciosa muy bien decorada que estaba en el ático de la casa en la que estábamos, no tenía nada al exterior pero tenía unas ventanas desde las que se podía ver un inmenso bosque en medio de la nada. Me lancé a los brazos de Niki y le di las gracias al oído.

Ni-ki: Lamento anunciar que seguirás cautiva, pero espero que te encuentres mucho más agusto aquí, tu bienestar es mi prioridad, y al fin de cuentas esta es por así decir tu nuevo hogar.

T/N: Muchas gracias, de nuevo.

Ni-ki: ¿Puedo dormir contigo?

T/N: Por supuesto, estoy completamente a tu servicio. 

𝐂𝐨𝐧𝐠𝐞𝐥𝐚𝐝𝐚 🤍 [ • 𝑺𝒖𝒏𝒈𝒉𝒐𝒐𝒏 ~ 𝑵𝒊𝒌𝒊 • ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora