《Su verdad》¹³

15 1 0
                                    

La diferencia entre un valiente y un cobarde, es que un cobarde se lo piensa dos veces antes de saltar a la jaula con un león. El valiente simplemente no sabe lo que es un león. Sólo cree que lo sabe.

Charles Bukowski.


Gianna.

Si bien he pasado varias noches contando mil veces hasta cien tratando de conciliar el sueño, al despertarme siempre me encontraba con el mismo recuerdo de todo lo sucedido en el bosque, Blade, Nillias... confusión, más confusión, lo cual hace que comience a desconfiar de todo lo que hasta el día de hoy había aprendido. Me he dado cuenta que la humanidad está empeñada en hacernos creer que somos los humanos los únicos.

Ahora mis ojos arden y lagrimean un poco gracias al desvelo de la noche, pero trato de espabilarme un poco dándole un sorbo a mi café.

Ha pasado una semana y nada ha estado fuera de su lugar, de hecho todo está en calma y fluye como debería ser. Actualmente estamos en el patio de la escuela, divagando sin rumbo fijo, todo hasta que toque la campana que indica el fin del receso. Ha parado de nevar desde hace unas horas, pero todo el terreno está cubierto de nieve; al frente mío van Noor y Dulce, quienes hablan sin cesar, pero no logro escucharlas bien, quizás por la distancia o porque desde lo sucedido me he convertido en una persona más introspectiva y me gusta perderme en mis pensamientos respecto al suceso.

-¿Acaso sólo crees en la existencia de lo que tus ojos hayan tocado?

Sus palabras se esparcen por mi mente con rapidez, el tono de su voz, su manera apacible de mirar el mundo que le rodea, esos ojos grises. Es algo irónico el hecho de que di tanto por saber quién eras, para ahora andar huyendo de ti por todas las esquinas, porque sí, no me he atrevido a mirar hacia el bosque y encontrarte divagando entre las sombras con tanta facilidad, eso me asusta de ti, aunque pensándolo bien, todo me asusta un poco porque casi no te conozco.


Boto el vaso plástico carmelita que sostenía con mi bebida y restriego mis manos una con otra tratando de opacar el frío. Mis dos amigas frente a mí se detienen y continúan hablando como cotorras.

-Si quieren las puedo llevar un día de estos, a ambas; tienen que probar el pastel de zanahoria que hacen mis padres -comenta Dulce pasando sus ojos por mí y por Noor intercaladamente.

Noor por su parte abre los ojos a más no poder e hincha sus cachetes de aire, para luego soltar un chillido de emoción. -¿Estás escuchando eso, Gianna? Es pastel de zanahoria, que Dios me perdone porque Gustav no lo hará -vocifera por lo alto como se le ve hacer cada vez que algo le emociona tanto. La rubia de rizos comprimidos suelta una carcajada. -¿Quién es Gustav? -cuestiona uniendo el entrecejo con confusión mientras pasa los dedos de su mano derecha por los pendientes que adornan sus orejas.

-Es su entrenador personal -contesto.
-No sé muchas cosas de ustedes -sonríe de boca cerrada y guarda sus manos pálidas en los bolsillos delanteros de su gigantesco abrigo-, y no me culpo porque sólo llevo una semana en este pueblo.

-No hay mucho que saber de mí... -Exhalo una bocanada de aire que se torna blanca y me encojo de hombros con despreocupación-, quizás... -Me veo interrumpida por Noor y decido quedarme callada, ella siempre tiene más cosas que decir que yo.

-Yo si tengo muchas cosas que contar, mi vida es como un reality show de esos de famosos -habla Noor pasando uno de sus delgados brazos por encima de los hombros de Dulce-. No es fácil ser la hija del alcalde, siempre tengo que estar preparada para todo, a veces sólo quisiera dejar esta vida, pero luego lo pienso mejor y se me pasa -toma una gran respiración y vuelve a hablar-. ¿Te gustan las fiestas? -Chasquea sus dedos con practicidad y me mira-. Tenemos que planear una para su bienvenida.

Peligrosa Verdad [UN NUEVO MUNDO] ©Where stories live. Discover now