"La única cosa que podía destruir la casa del dragón era esta misma.
Aemma Targaryen sabía que solo nació
como un recordatorio a su madre que su padre nunca la amaría.
Es por ello por lo que hizo todo para proteger a su familia, a sus hermanos.
Se c...
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"Sabía que todavía me duele
Debajo de mis cicatrices de cuando me separaron
Pero lo que hiciste fue igual de oscuro
Cariño, esto fue igual de difícil
Cuando me separaron"- Hoax, Taylor Swift.
Aemma adoraba muchas veces comportarse como una autentica esposa fiel, hacer todo lo que su marido decía, cumplir su deber y hacer que todas la feliciten por lo bien que lo desempeñaba. Era como esos actores que daban obras de la realeza en el pueblo, más de alguna vez la joven luego de ir a ver a los orfanatos se quedó viendo como la desempeñaban, la puta de Daemon, en eso se había convertido.
Aun así, la joven princesa adoraba que las damas nobles notasen que su esposo, el que ahora se ocupaba de los asuntos reales debido a lo deteriorada que estaba la salud de su padre, la felicitaran por los cambios que veían en el príncipe canalla.
El cual parecía mucho más abierto de hablar con diversos aliados, asistir a fiestas siempre acompañado de ella. La joven también disfrutaba de salir con el hombre y que este la mostrara como su trofeo, cuando este la tomaba en cualquier rincón del castillo y ella le murmuraba que lo amaba. Algo que no estaba en el vocabulario del príncipe canalla.
- No voy a enamorarme de ti, Aemma... eso jamas ocurrirá.
- Pero yo te amo esposo- susurraba ella acariciando su largo cabello con cuidado esperando que este no se tensara ante su toque y al ver que no se alejaba ella sonreía- te amo Daemon y mi amor será suficiente para ambos.
- Eres tan inocente Aemma.
- Pero Daemon- decía ella con fingido dolor en su voz.
- Me importas, pero jamas te amare.
Importarle a su tío- esposo significaba algo, Aemma lo sabía, no era lo suficiente, pero si algo que podría mantenerla con vida la mayor cantidad de tiempo posible.
Así que se sorprende cuando entra a su habitación y la ve siendo completamente destruida por su esposo, todo estaba siendo abierto mientras el rebuscaba algo, a la vez que sus hijas Baela y Rhaena lloran en una butaca abrazándose una a la otra. Las jóvenes no tenían tiempo de ver a su padre, debido a como eran educadas cruelmente por las septas, debido a que no se comportaban como las damas refinadas que deberían ser.
La doncella se encuentra tras de ella igual de sorprendida que la princesa, que miran todo sin entender nada. Lady Nataly seguía viendo todo lo que, hacia la princesa, acompañándola incluso en sus excursiones fuera de la fortaleza roja o sus paseos por los jardines siempre acompañada de alguno de sus hermanos. La princesa actuaba como una dama.
