Dar voz a quienes han callado

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Dar voz a quienes han callado

Cuando empecé a hablar del género, muchas personas me dijeron que ya era un tema trillado y que básicamente debía renunciar a él, enfocarme en otra cosa, algo menos controversial y de lo que figuras masculinas no hubieran hablado tanto. Reflexioné en porqué me interesa a mí alguien "socializado como un chico biológico" abordar este tema. Bien, me es imprescindible porque nunca me sentí cómodo con que me socializaran de un modo que jamás pedí ni mucho menos tuve opción al nacer. Soy pansexual, y como expresó Ali, una personaje de la serie Big Mouth: "no significa que me quiero acostar con todo el mundo", pues es más trascendental y menos básico que esa idea vana. "Significa que me gustan los chicos, las chicas y lo intermedio. No es ser bixesual porque es demasiado binario. Ser pansexual significa que mis preferencias sexuales no se limitan por la identidad de género".

Es reduccionista pensar en las personas por lo que tienen en medio de las piernas y no por quienes son realmente. Pues son mucho más profundas y complejas que eso, un simple órgano endocrino, hay facciones hermosas de la personalidad e intelectualidad de una persona que me resultan más atractivas. Y no solo me considero pansexual o sapiosexual sino también Queer, estoy fuera de lo masculino y femenino, o tal vez en un punto medio porque no encajo con el típico esteriotipo de lo uno o de lo otro, no me encasillo en esas concepciones de los moldes mentales herméticos de esta sociedad que divide todo en dicotomía binaria en blanco o negro según la hegemónia ortodoxa, nada más. La realidad es otra, somos una pluridiversidad de gustos en cuanto a infinidad de cosas, en este caso puntual: hay una amplia gama de grises o escala de colores en el espectro de nuestra sexualidad y forma de ser, es algo absolutamente inherente a nuestra humanidad. Por todo lo anterior, considero oportuno hablar del género, su deconstrucción, resignificación e incursión en mi acto creativo. Sí, me es vital.

El arte es la expresión de nuestra libertad, ha servido para reflejar nuestras inconformidades; los males de esta civilización que cohabitamos junto a quienes nos han forzado para callarnos nuestra verdad todo por obligarnos a ceñirnos según las rígidas normas que rigen esta sociedad. El arte nos ha permitido liberarnos de un modo u otro, siempre ha sido la manifestación libertadora de nuestra esencia desde sus diferentes movimientos artísticos, subgéneros y lenguajes (literario, escénico, pictórico, etc). Hemos hecho frente contra la misoginia, el racismo y la homofobia porque no nos hemos dejado silenciar. Y gracias a que ha sido así, es que poco a poco hemos logrado cambios positivos, pero es una lucha constante, por ello, debemos continuar manifestándonos mediante nuestro arte: la literatura y su creación como literatos y literatas. Nos corresponde dar visibilidad a la diversidad humana en las múltiples manifestaciones del arte, es imprescindible e inherente de nuestro hacer (oficio) como artistas literarios y transversales. De esta manera, preservamos el dechado que nos han legado quienes se dedicaron con alma, mente, cuerpo y vida a la creación artística, todas y todos aquellos anteriores a nuestra existencia para nosotres, las generaciones futuras.

Seguramente habrá alguien que me reclame por haber empleado el pronombre en primera persona plural de este modo: "nosotres" y no el establecido por la RAE "nosotros", que se escuda en que es la forma de un masculino en supuesto neutro al hablar. Seamos realistas, es solo una excusa carente de base lingüística que invisibiliza principalmente a las mujeres y a todas las personas que no nos sentimos identificadas ni cómodas con que se nos catalogue en una versión derivada del idioma impuesto desde la colonización en este rincón del mundo en el que vivimos. Ese supuesto "masculino neutro" no describe quiénes somos y nos oculta tras la mayoría de la población relevante para ellos que se asume: el hombre blanco heterosexual.

En consecuencia y congruencia con lo antes expuesto es que me ha surgido la necesidad moral de proponer una nueva forma de expresarnos respecto al resto de las personas sin categorizar en un ser particular que compone la población; esta forma que he propuesto es más amplia y pertinente para cobijar toda la multiplicidad humana que existimos sin distinción sesgada de ningún tipo. La he planteado en mi Manifiesto del Inclusivismo, el cual podrán leer con detalle y detenimiento (sí así gustan) en la parte inferior del documento que alberga la Constelación de Conceptos definidos que retomo en el presente ensayo. Espero que para este punto puedan darse cuenta de que no se trata de una arbitrariedad forzada de la cultura "Woke", sino de una necesidad fundamental que reclama a gritos nuestra lengua y de la que quienes se jactan de ser doctos en el Español ignoran o minimizan con conocimiento de causa por mantener el pensamiento tradicionalmente cerrado, ergo, son unos negligentes inoficiosos. Ellos nos han forzado a utilizar la forma antedicha del pronombre y nos han hecho ver como gente demente que alega sin razón, solo somos personas propositivas que nos cansamos de la imposición. Y mi propósito es darle voz a las personas que se la han quitado.

Prisma IridiscenteWhere stories live. Discover now