El club de los corazones rotos® || MYG

Capítulo 6, brunch

- lo pregunto porque algo te debe gustar demasiado como para dar ese paso -dijo y yo acomodé mis gafas de sol en mi frente, pues me estaba opacando la vista y eso me impedía ser un conductor responsable

- ella me besó a mí de hecho -dije y sentí su mirada sorprendida, a lo que reí

- ¿será que le hiciste un amarre? -soltó, sabía que esa era una de esas expresiones de su país, expresión que no comprendía completamente bien, pero ella también se percató de ello al no ver una reacción de mi parte- ¿le hiciste brujería? -preguntó y yo reí a carcajadas

- ¿qué clase de persona crees que soy?

- una que embruja chicas para que lo besen en la segunda cita -bromeó

Dejamos el tema morir una vez llegamos al lugar en donde tomaríamos el brunch. Finalmente, conseguí tener temas de conversación naturales, todo gracias a que la madre de Isla era una persona de lo más cálida y extrovertida, me recordaba a la misma calidez con la que Isla nos trataba siempre.

Pasé un buen momento junto a ellos, pero una parte de mí se sentía bastante nostálgica por el hecho de que no había visto a mi familia en bastante tiempo y extrañaba esa calidez, ese cariño tan puro y genuino que ellos me daban.

Veía que Isla tenía una relación buena con sus padres y que en realidad se notaba como la querían y le daban todo de ellos y eso me daba cierta tristeza, por mi lejanía con mi familia, porque había días que incluso olvidaba escribirles o hacer una video llamada con mi madre para que supiera que estaba bien.

Ese momento lo guardé en mi interior, a pesar de que sentía que quería quebrarme de la tristeza.

Una vez terminamos de comer, madre e hija hablaron entre ellas y como resultado, Isla dijo que regresaría un poco más tarde y ellos asintieron, se despidieron de nosotros y mi amiga y yo subimos a mi auto.

- ¿A dónde se supone que vamos? -pregunté

- a casa de Ami -sonrió- me escribió hace un rato y dijo que fuéramos, está con Michael -aclaró y yo asentí

Durante nuestro camino al departamento de Ami, ya no platicamos sobre mi cita con Aria, en su lugar, empezamos a hablar de banalidades que siempre nos llegaban a generar conversaciones que parecían nunca tener fin, la de ese día era sobre una canción que el otro día había tocado en la guitarra. Ella decía que era una canción muy rara, pero que se sentía como una canción romántica y yo le decía que para mí tenía pinta de haber sido escrita por alguien a quien le rompieron el corazón.

Siempre podía ver el vaso medio vacío, pero Isla me decía que estaba medio lleno.

Y yo siempre le creía.

Llegamos una media hora después de lo que esperábamos, Ami me abrió el estacionamiento de su edificio y poco después ya estábamos en el ascensor, donde ambas chicas me bombardeaban con la idea de que era demasiado rápido besar a una chica que apenas estaba conociendo y con la que la primera cita no había sido lo suficientemente buena.

- ¿y qué te gusta de ella? -preguntó Michael mientras le comentaba como fue la cita y escuché a Isla reírse desde la cocina

- que es bonita, no le gusta nada más -dijo Ami, mientras le servía jugo a Michael

- amigo -dijo Michael en desaprobación para después beber el jugo de naranja- eso no es solo malo, es terrible -dijo

- pero ¿por qué?

- si no te gusta algo fuera de su físico solo será interesante hasta que terminen cogiendo -dijo Ami

- y después te sentirás fatal por haberle dado tiempo a una relación netamente carnal -agregó Michael