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—Técnica de Proyección, le permite al usuario modificar su ángulo de visión para lograr que los movimientos de su enemigo se realicen en un tramo de veinticuatro frames por segundo— explica con absoluta tranquilidad— todo lo que la palma de mi mano toque se queda congelado, ¿para que te explico esto? Si tú misma ya lo viste dos veces. Me pregunto, ¿cuantos más soportarás?
Sabía que Naoya podía jugar sucio, pero nunca creí que en su primer movimiento portara consigo un puñal, si no hubiese movido mi cuerpo un centímetro me habría perforado el hígado. Al terminar con la primera puñalada utilizó su técnica una segunda vez y logró dar con un punto vital encima de mi rodilla izquierda. Aunque la predije, fue imposible escapar de ella por dos razones: la primera más importante, desconocía completamente su técnica, la segunda y no la hace menos importante, esta habilidad de "perfecto" tiene sus reglas y para mal las vine a encontrar.
Todo ha sido demasiado rápido, ni siquiera he podido reaccionar como debería. Retiró su pie de cabeza y pateo mis costillas alejando mi anatomía de la suya por algunos metros. Esto ha resultado ser humillante pero por lo menos conozco su técnica.
Y ahora que lo hago, ¿cómo demonios debo atacar?
Estoy perdiendo demasiada sangre en mi abdomen y en mi pierna, de hecho la ha inmovilizado completamente.
Si no encuentro una solución acabarán con el combate y será la peor humillación de mi vida.
El director de Kyoto no detiene nuestro enfrentamiento porque le conviene ver mi cabeza rodar a manos de un Zenin, si nadie lo ha detenido, es porque a todos les conviene.
Que putada.
Por lo menos tengo la esperanza de acabar con esta humillación. Simplemente necesito levantarme.
Como si pudieras, se burla mi subconsciente.
—Es sorprendente que no estés lloriqueando, después de todo no eras para tanto— acarició el filó de su puñal— debo darme prisa si quiero matarte, muy pronto querrán terminar con esto.
Es tan bonito el descanso, me pregunto porque hasta ahora lo valoro. Tal vez porque todo mi cuerpo duele y porque mis manos tiemblan cuando tratan de levantar mi cuerpo completo.
Debí abrir los ojos, debí estar atenta a ese tipo.
Maldición.
Que humillante.
Cada centímetro de mi duele horrores, para este punto entiendo la sorpresa de Naoya, ni siquiera yo entiendo como es que no estoy llorando por todo el dolor que siento en mi cuerpo. Estoy exhausta y amaría despertar de este mal sueño.
