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El azabache empezaba su día. Había bajado a desayunar junto a sus hermanos para tener las suficientes energías y poder ir al parque a jugar.
¡Nagato, apresúrate! - Llama su hermano mayor, un chico de cabello castaño y ojos tan negros como la noche.
¡Ya voy! - Exclama el pequeño, quien disfrutaba de comer su cereal de aros de colores sabor a frutas.
Tite, no presiones a tu hermano, recuerda que debe comer bien. - Le regaña su mamá al joven castaño, después lo voltea a ver. - Come mi niño. - Dice amablemente la señora.
Okay mamá. - Responde con la boca llena, mientras tenía bigotes de leche por culpa del cereal.
Limpia tus bigotes, pareces un viejito enano. - Se burla el mayor, mientras toma un pan para comerlo.
Soy "Santa Claus" jojojo. - Dice a manera de broma el azabache.
Y con esa mala imitación por parte del menor, su hermano y su madre comenzaron a reír por la ternura del momento.
Ya mejor apresúrate enano, o si no llegaremos cuando haya mucha gente. - Dice el mayor, revolviendo el cabello de Nagato.
De repente, todo se comenzó a nublar.
Parece que sus memorias aún seguían incompletas, y no podía tener otra cosa en su mente más allá de sus breves recuerdos antes del apocalipsis y los rostros de algunas personas.
Aunque al menos agradecía estar avanzando, pues ya podía memorar y aprender cosas nuevas, algo que, en su estado de muerto viviente por completo, era algo difícil para él.
"Con que mi nombre es Nagato..."
Ese pensamiento fue el que rondaba por su cabeza durante mucho tiempo, le daba algo de alegría al menos poder confirmar que su nombre era ese.
Para él, eso era un gran logro.
Por otro lado, recordar a su familia le hizo aprender muchas cosas de su pasado, entre ellos, la relación que tenía con su hermano mayor.
Ver a su hermano sonreír era muy raro, pues siempre lo recordaba como alguien muy serio y centrado en el colegio, así que tener ese recuerdo del mayor era algo que en parte apreciaba, pues realmente ellos dos tenían una buena relación.
El menor sentía una gran admiración por su hermano mayor, mientras que "Tite" le tenía mucho cariño al azabache.
Y con ese vago recuerdo, inundado en sus pensamientos, el menor suspiró. ¿Qué tanto lo odia la vida como para haberle dado una muerte tan cruel a sus hermanos? Si ellos el único error que cometieron fue haberse convertido en zombis, y ni siquiera fue la culpa de ellos.
