𝐌𝐚𝐦á - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮

𝒪𝒸𝒽𝑜

Había pasado una semana desde que Tzuyu había salido con Daiki y Sana y, honestamente, eso solo lograba confundir a la mayor. no entendía por qué su jefa de repente estaba siendo tan amable con ella y su hijo. Daiki parecía querer mucho a la mujer más joven, pero Sana todavía le guardaba rencor por hacer de su vida un infierno.

Ahora Sana estaba sentada en su escritorio mirando las manesillas del reloj. Yves la había estado checando de vez en cuando, lo que de alguna forma la consolaba. "Disculpe, ¿Tzuyu está disponible?" una voz pregunto sorprendiendo a Sana. la persona vestía ropa de diseñador desde la cabeza a los pies. "¿y usted es?" preguntó con un poco de irritación en su voz. la chica parecía ser muy engreída, lo que ciertamente irritaba a Sana.

"Soy Choi Hanu. Ahora, te preguntaré una vez más, ¿Tzuyu está disponible?" la niña golpeó sus uñas acrílicas en el escritorio de Sana repetidamente haciendo que la rubia chasqueara la lengua con molestia. "¿Para qué necesita a la Sra. Chou?", preguntó Sana con los dientes apretados. "Eso es entre ella y yo. Lo curioso es que yo no recuerdo haberte visto nunca por aquí."

"Soy la nueva asistente de la Sra. Chou". Sana respondió con los dientes aún más apretados. "Bueno, eso no es nada. Ahora voy a ir a su oficina". Hanu comenzó a alejarse, pero se volvió para poder mirar a Sana a sus espaldas. "Recuerde que usted es sólo una asistente. No se entrometa en los asuntos ajenos y mejor haga su papeleo".

Sana sintió la ira por todo su cuerpo al escuchar ese comentario. Hanu la había saludado dentro del ascensor antes de que subiera. Por lo general, comentarios tontos como ese no la afectaban, pero por alguna razón este en especial la hizo sentirse mal consigo misma.

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Eran las 8 y Sana estaba lista para volver a casa después de este día tan insoportable. afortunadamente Hanu se había ido mientras Sana estaba en su hora de almuerzo. cerró su oficina antes de dirigirse hacia la puerta principal. "señorita Minatozaki, ¿puedo venir un momento por favor?" Tzuyu preguntó por teléfono y Sana gritó internamente.

Ella subió al elevador sobándose la frente por la frustración. Por supuesto que cuando ya quiero ir a casa no puedo, pensó para sí misma. el ascensor se abrió y Sana entró en la oficina de Tzuyu con una mirada frustrada. "¿Sí, Sra. Chou?" Sana se paró frente a su escritorio con los brazos cruzados mientras Tzuyu se sentaba.

"Necesito que me acompañe en un viaje a tokio durante unos días la semana que viene". Los ojos de Sana se agrandaron tan pronto como escuchó "tokio". Tzuyu le deslizó un pasaporte suavemente. "No puedo alejarme de Daiki. ¿Hay alguien más a quien puedas llevarte?" preguntó Sana sentándose derecha. "Me temo que no. Solo será por 3 días y su habitación de hotel ya ha sido pagada. Espero que pueda hacer arreglos para que alguien cuide de su hijo".

Sana se sentó allí en silencio antes de salir de su oficina. Entró en el ascensor y sintió que la frustración aumentaba. "Daiki, me estoy alejando cada vez más de ti", murmuró Sana con un tono triste.

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"Ya está dormido. Todo de lo que estuvo hablando fue de su fiesta de mañana". dijo Momo mientras Sana se sentaba en el sofá sosteniendo su cabeza. "¿Pasa algo Sa?" Momo preguntó con una voz preocupada sentándose a su lado.

"Tengo que ir a Japón la semana que viene en un viaje de negocios. Voy a estar lejos de Daiki por 3 días. Nunca hemos pasado tanto tiempo separados". Sana se frotó la cara tratando de mantener la voz baja. "Estoy segura de que lo entenderá. ¿Necesitas que lo cuide?"

"Por favor." Sana la miró con una pequeña sonrisa y Momo le frotó la espalda.