Hermanos pt. 1

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La primera vez que lo vi creí que papá estaba loco trayendo a ese niño a la casa.

—Eres horrible. —su boca se abrió solo para decirme esas dos palabras y yo lo miré ofendida.

—Tú también. —gruñí en respuesta caminando un paso hacia él sin dejarme intimidar.

—Tranquilos ustedes dos —papá se metió entre ambos separándonos antes de arrodillarse para hablar de forma amable y calmada a los dos—, serán hermanos por un tiempo. Tienen que convivir.

Sus grandes y violetas ojos dejaron de verme a mí a mirar a papá con el ceño fruncido— Pensé que no tenías hijos. —reclamó bajito mientras yo caminaba de regreso a la sala para recoger mi mochila.

Papá solo me miró y yo me quejé mientras me acercaba nuevamente— Soy Miller ________, tengo nueve años. ¡Adiós! —sonreí falsamente mientras caminaba hasta la puerta y salía volando de la casa para ir a la de 'Nupi.

Al llegar Koko estaba parado afuera y lo agarré de los brazos para sacudirlo, no sabía cómo empezar a contarle lo que pasaba y mi desesperación era más que eso fue lo único que pude hacer. Él se quejó e Inupi nos separó para llevarnos dentro de su casa, Akane nos saludó con una sonrisa antes de salir de la casa dejándonos a Koko y a mí con un enorme sonrojo en la cara.

Una vez en la habitación del Inui menor senté a ambos en la cama mirándolos un poco ida pensando en cómo decirles lo que me había pasado. Ellos me miraban confundidos, aunque Seishu tenía un rostro más neutral.

—Tengo un hermano. —solté la bomba mientras los miraba incrédula de mis propias palabras.

Su primera reacción fue abrir en grande los ojos, la segunda boquear como pez y la tercera fue gritar un enorme "¿¡QUÉ!?", el cual seguramente se escuchó en toda la cuadra por no decir país.

—A ver, vas a tener de hermano bebé o tienes uno ya. —el primero en hablar fue el pelinegro totalmente sorprendido y con un atisbo de incredulidad en su voz.

—No sé, llegó un chico y mi papá me dice que seremos hermanos por un tiempo. Pero yo creo que si se va a quedar. —murmuré sentándome entre ambos haciendo un puchero. Seishu amablemente frotó mi espalda en señal de consuelo.

—O sea que te salió de la nada un hermano —Koko murmuró con una sonrisa burlona mientras sacaba su lengua—. Te lo dejo la cigüeña.

Y empezó a reír estruendosamente. Yo lo quiero mucho pero ahora quiero cometer un crímen de odio en su contra. Agarro una de las almohadas de Seishu y se la tiro con todas mis fuerzas por la cabeza consiguiendo que caiga de espalda contra la cama. Me fui encima de él intentando ahogarlo, él se defendía torpemente con golpecitos en mis piernas o brazos.

'Nupi solo nos miraba con una expresión aburrida, seguramente acostumbrado a nuestros comunes intentos de asesinato que terminan en fuertes carcajadas y un terrible dolor en el abdomen por las risas.

Luego de que termináramos finalmente nos sentamos a hacer tareas. Aunque en todo el proceso tenía la espinita en el pecho de cómo iba a convivir con ese niño. Digo, no soy mayor que él, pero aun así sería extraño.

Y quise tener fe en que nos llevaríamos relativamente bien, pero cuando volví a casa y vi que la ropa que había dejado a secar con el sol en el patio estaba nuevamente sucia pero esta vez embarrada con barro supe que no sería así. Agarré la ropa completamente enojada

—¡Oye, ¿por qué hiciste esto?! —entré en la sala con la evidencia donde estaba el tal Izana viendo televisión. Él no apartó la mirada del programa ni por un segundo.

—Yo no hice nada. —respondió indiferente, aunque pude observar una pequeña sonrisa formarse en su rostro. La rabia subió por mi pecho hasta mi garganta, ardía irritantemente.

Me acerqué a él tapando su visión de la televisión, tiré la camisa a su cara logrando que el barro se le transfiriera al rostro. Gruño con fastidio— Ensuciaste la ropa que dejé al sol —sacudí el suéter sucio mientras él también se molestaba—. ¡Quería que tenga olor a sol!

—¡Suenas como una mocosa! —me gritó de vuelta mientras se levantaba del sofá para enfrentarme.

—¡Por si no te diste cuenta soy una niña! —levanté un poco la voz señalándome a mí misma y a mi cuerpo, tiré el suéter que tenía en la mano nuevamente hacia él, pero esta vez lo esquivó— ¡Tú eres un estúpido!

—¡Eres una mocosa mimada! —se acercó para intimidarme, pero no retrocedí, es más, me acerqué a él un paso también.

—¡Tú también quieres ser así, si no, no estuvieras aquí! —gruñí molesta, él se ofendió y me empujó por los hombros. Por la fuerza retrocedí un paso que recuperé inmediatamente antes de imitarlo y empujarlo.

—¡No sabes nada de mí! —me empujó con más fuerza logrando que tropezara con el filo de la mesita de centro, caí de trasero frente a él.

Me levanté rápido y lo empujé tirándolo al sofá donde estaba sentado— ¡Tampoco quiero saberlo, entrometido! —vi como su cara enrojeció e intentó empujarme, me adelanté a su acción empujándolo otra vez.

Izana reaccionó mal y me tiró un puñetazo, me sangró la nariz. Agarré el florero de la mesita y se lo tiré, le cayó toda el agua encima a él y al sofá. Terminamos peleándonos en medio de la sala volteando varios muebles y rompiendo uno por la base —fue Izana con una patada que logré esquivar—, la sala quedó hecha pedazos, parecía que un par de gatos enormes se pelearon ahí.

Cuando papá llegó del trabajo nunca lo había visto así de enojado conmigo. Por primera vez en los dos años que vivía con él tuve miedo y quise llorar.

—¡¿Qué demonios pasó aquí?! —gritó con fuerza separándonos, al verlo mis ojos se aguaron rápidamente, las lágrimas cayeron como cascadas por mis mejillas y los sollozos empezaron a salir por mi boca. 

—¡Ella me atacó! —Izana me acusó rápidamente, yo seguía llorando porque en los ojos de papá podía ver claramente el enojo por la destrucción de su sala.

—Él ensució mi ropa... —murmuré limpiándome las lágrimas, escuché a papá suspirar, murmurar algo para sí mismo y luego irse.

—Eres una chillona... —escuché a Izana mascullar bajito, yo solo lloré con más fuerza sacándole un gruñido molesto.

—A ver, ustedes dos —papá nos tomó de las muñecas y nos amarró a Izana y a mí. Su mano izquierda con mi mano derecha—. Hasta que no se lleven bien no los pienso soltar.

Y digamos que eso no fue lo mejor para la casa.

•••

YahOOO

Ya volví con otro especial para completar la historia, ¿cómo estan?

De novedades en mi vida: me robaron el cel, otra vez XDDDD

Diosito ya no quiero ser tu mejor guerrero 😔🔫


¡Banda, nos doxearon! [Tokyo Revengers]Where stories live. Discover now