ᑕOᗰIEᑎᘔᗩ ᒪᗩ ᖇEᐯᗩᑎᑕᕼᗩ

3.5K 352 63
                                    

Ya habían pasado dos días desde que salí del hospital y miraba el techo del local con aburrimiento, llegué muy temprano pues tenía que hablar con alguien importante así que debía dar buena impresión.

Escuchaba los cortes constantes de la cocina y derrepente me dieron ganas de aprender a cocinar sushi, digo, sé cocinar una cantidad exagerada de platillos, pero nunca aprendí a hacer sushi.

No sé, me daba cierta ñañara el pescado crudo. Escuché el sonido de la campanita sobre la puerta y miré en esa dirección, un rostro familiar enmarcado con mechones rojos.

Sonreí y esperé a que se sentara frente a mi para saludarlo— Hola Shanks~ —entoné con burla por la cual recibí una mirada aburrida y cansada.

—¿Cuando dejarás de llamarme así? —cerró los brazos sobre su pecho, era un hombre muy imponente pero a mi me daba risa.

—Jamás. Eres pelirrojo, cuando te conocí usabas un sombrero, tienes una cicatriz en tu ojo y eres un yakusa, que es lo más parecido a un Yonkō —una mesera se acercó y bastó una mirada para que se alejara de la mesa—. El remate es que te apellidas Akagami, ¿cómo esperabas que reaccionara?

—Primero, Shanks tiene tres marcas, yo solo tengo una. Segundo, nunca debí haber aceptado jugar póker contigo ese día —dos vasos de agua y una botella de sake fue dejada en la mesa, él bebió el agua primero y luego se sirvió sake—. Lo peor es que perdí y me obligaste a ver One Piece.

—Eso agradecelo a tu viejo, él me enseñó muy bien cómo jugar. —bebo el agua y me niego cuando me ofrece un poco de su sake. Me pidió perdón pues había olvidado que no me gustaba el alcohol.

—Hablando de él me pidió que te dijera que siempre serás recibida en el clan —al fin había llegado el sushi y los aderezos, Dios te pedí comida no un banquete—. Y bueno, para qué me citaste... ¿tiene algo que ver con eso?

Señaló mi brazo enyesado y yo asentí— Primero que nada quería disculparme por lo de hace dos años —lo miré antes de dirigir mi vista a la comida nuevamente—, no fue mi mejor año, así que me aislé y debes saber porqué.

—Si... me enteré lo de tu hermano —acabó de masticar antes de hablar—. No te preocupes, eso no es nada, después de todo nosotros intentamos secuestrarte.

Suspiré aliviada— Eso me tranquiliza, no te hablaba mucho porque me daba amnsieda que estuvieras enojado conmigo —reí nerviosa—. Aclarado eso, esto —levanté mi brazo enyesado— me lo hizo alguien que tiene una alianza con tu clan.

—¿Qué? —parecía genuinamente confundido.

—Lo que escuchaste —apoyé mi rostro en mi mano buena a la par que picoteaba un rollito—, algún subordinado tuyo quiere usar a mocosos para controlar las pandillas de Tokio.

Hubo un silencio donde aproveché para comer mientras él procesaba lo sucedido— Me parece humillante que siempre hagas eso.

—¿Hacer qué? —me saqué de onda, no mames, ya me confundí— Si te refieres a picotear la comida eso muy rara vez lo hag-

—No hablo de eso —se rió fuertemente—. Siempre consigues información, me sigue pareciendo irreal que a tus doce años llegaras a la casa principal con una lista de traidores al clan exigiendo una compensación de los que intentaron secuestrarte y todo porque tu hermano te dijo que no serías capaz de encontrarnos.

—Jasjajajsja ese día si me mamé —me reí al recordarlo, había tardado un mes pero conseguí toda la información que quería—. La verdad es una habilidad que no pienso desperdiciar.

—Ganarías mucho con nosotros —bebió otro poco de sake y me miró con una sonrisa tranquila—, el abuelo te considera mejor heredera que yo. Recuerdo que dijo que lo único imperfecto en ti es que no eres pelirroja.

¡Banda, nos doxearon! [Tokyo Revengers]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum