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AHORA LOS PAPELES SE HAN INVERTIDO, Akaashi ha comenzado a leer cada manga disponible y de portada bonita que hay en los libreros de la sección de historietas, mientras Bokuto va detrás de él completamente ajeno a lo que hace el pelinegro, cosa que solo la hace sentir mal porque Akaashi lo ha estado ignorando desde entonces.
Sin notarlo por su atención a las preferencias de Bokuto, ha estado alejándose de él. Huye cada vez que lo ve entrar para que no descubra lo que lleva en sus manos, sin embargo, regresa a donde está el bicolor para anotar lo que sería su próxima lectura. Realmente le gusta Bokuto, pero su método no funciona del todo.
Pero Kotaro tiene otro plan para recuperar a Akaashi, el que debió usar desde un principio.
—Akaashi, me dijiste que saldríamos algún día, —Akira se niega a darle al azabache el batido de menta que esta pidió— ¡Y han pasado tres meses desde que me dijiste eso!
Akaashi intenta reprimir una grosera risa, sabía que la barista gustaba de él, pero no que era capaz de creerle en sus excusas. Esta es la cuarta vez que rechazaría a la chica.
—Akira, —la chica esboza una enorme sonrisa al escuchar el nombre— en estos momentos no estoy disponible, soy chico tomado. —y la brillante sonrisa cae en un instante—
—¿Qué? ¿Con quién estás saliendo?
—Todavía no, pero pronto con el que acaba de entrar, —Kageyama llega al rescate dándole por fin la bebida al mayor. Akaashi, voltea—
Mentiría si no le gusta lo que ve de hecho, le gusta demasiado, pero hay un problema. Ese no es el Bokuto del cual está comenzando a enamorarse.
Bokuto ahora luce ropa oscura y ceñida a su cuerpo y gran espalda, ha dejado atrás sus grandes camisetas y pantalones deportivos. Su cabello ya no está peinado hacía arriba, todo lo contrario, dejando caer esos mechones ahora blancos a los lados de su suave rostro.
Ahora luce como alguien que se llevaría el primer puesto en la lista de pretendientes de Akaashi, pero la verdad es que él ya tenía ese puesto antes de este cambio tan radical.
—¿Qué le pasó a mi Bokuto-san? —Akaashi golpea la barra con ambas manos haciendo que su bebida se derrame un poco— ¿Qué le hicieron a mi otaku?
Tobio se mantiene en silencio mientras limpia el desastre del chico. Su suposición ante el cambio de Bokuto le está dejando un mal sabor de boca a su amigo.
Si está haciendo esto para impresionar a Akaashi, Bokuto es más inocente de lo que aparenta.
—¿Por qué no te acercas y le preguntas? —finalmente el menor habla— lo has estado ignorando últimamente, tal vez ahora si puedas pasar más de quince minutos con él antes de huir.
Akaashi intenta conseguir una respuesta para lo dicho con Bokuto, pero no consigue alguna. Tiene razón.
Se retira de la barra en silencio y con su bebida a medias entre sus manos.
Ahora sus planes de leer Fullmetal Alchemist se han ido por un tubo, hablar con Bokuto es su objetivo principal. Pero...
El ahora albino se encuentra en una animada conversación junto a otro chico ligeramente más alto que él, ambos con volúmenes distintos de Furuba. Ignorando a Akaashi por completo.
—Estaban destinados a odiarse, uno era una gata y otro un gato. ¿Qué más se podía esperar? —el desconocido argumenta seguro de sus palabras—
—Aunque Akito tuvo mucho que ver en la actitud de Yuki, ¡Abusó de él tanto verbal como psicológicamente! —Bokuto responde animado—
¿Por qué no habla así conmigo? ¿Será que no le gusto? Vamos Keiji, eres hermoso, hay altas probabilidades de que le gustes...Pero ese chico también es hermoso.
De hecho, lo es.
Piel bronceada, labios finos que se mantienen en una natural sonrisa con aires felinos, cabello pelinegro peinado hacía arriba, ojos rasgados y expresivos y es un poco más alto que Bokuto. Es realmente lindo.
Aunque su elección de atuendo difiere un poco, una sudadera de ahegao no es lo mejor para salir a la calle. Sin embargo, el chico la lleva con orgullo.
—¡Oh, Akaashi! —él más alto por fin nota la presencia de un tercero—. ¡Qué bueno verte!
Akaashi retoma la compostura que había perdido por esa pequeña sensación de celos, y le corresponde la sonrisa a Bokuto, mirando sin vergüenza alguna los nuevos atributos de este.
—Bokuto-san, necesito tu ayuda con algo, ¿podrías? —el menor inventa algo para alejar a Bokuto del desconocido que ahora lo ve con cierta expresión que no puede descifrar—
Que Akaashi venga directamente a él hace que el corazón de Bokuto de un vuelco. Su plan está funcionando.
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