Amárrame. Jenlisa [G!P]

Cap.3

—¿Tenemos que ir a esa comida de manera obligatoria?— pregunto la castaña.

—Si, tenemos que ir obligatoriamente— Respondió su hermana, sin dejar de observar a la pelinegra. —¿Realmente es tú rival, Jennie? Yo digo que serían una linda pareja— opino la Kim mayor, haciendo que Winter soltara una carcajada tan fuerte, que la pelinegra terminó por despertarse sobresaltada.

La pelimorada no dejo de observar a la pelinegra, está la veía como bicho raro a tenerla tan cerca de ella.

—He... ¿hola?— dijo la pelinegra a la pelimorada, quien le sonrió y respondió el saludo.

—Hola, mi nombre es Jisoo— se presento la mayor.

—Hola Jisoo, soy Lalisa...— dijo en tono de confusión.

—Eres muy linda ¿te lo habían dicho?— dijo la pelimorada, haciendo que la tailandesa se sonrojara ante el halago.

—Y-yo... g-gracias— respondió la tailandesa. Sentía una mirada penetrante en alguna parte de la habitación, se acomodó en el sofá para ver mejor a su alrededor, viendo a la peliroja y a la castaña, está última con un semblante serio.

—Manobal, ya estoy mejor, ya puedes irte— respondió con indiferencia la castaña.

—Merezco al menos un "Gracias Lisa" por haberte traído— dijo la pelinegra con una mueca.

—Si, Jennie, la chica hermosa merece un gracias— apoyó la pelimorada a la pelinegra.

La castaña rodó los ojos, con irritación.

—Gracias, Manobal— Agradeció en un murmullo.

—¿Qué dices? No te escucho cara bonita, habla más fuerte— respondió la tailandesa.

La castaña se quedó observándola ¿La había llamado "cara bonita"? Se pregunto a sus adentros, su rostro se torno a un suave color rojo.

—Gracias, Manobal, ya puedes irte— respondió la castaña volteandose para tapar su rostro.

La tailandesa rodó los ojos, y se levantó del sofá, se dirigió a la salida y paso por está, sin siquiera decir alguna palabra más.

—Creó que deberíamos de ir por nuestras cosas, ya es hora de la salida— sugirió la pelimorada al ver el silencio en el que se habían quedado.

El trío de chicas salieron de la enfermería, dirigiéndose en busca de sus cosas, ya que las hermanas Kim tenían un compromiso al cuál no podían faltar, y la castaña tenía que ir en busca de su amado novio.

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La pelinegra y su hermano menor, esperaban pacientemente la llegada de su chófer, una vez estuvo a la vista, entraron al coche.

—Una disculpa por la demora, jóvenes Manobal. Su madre me pidió de último momento llevarla a comprar un vestido y ha tardado un poco en escoger uno— explicó el no tan viejo hombre.

—No pasa nada, Wang. Y ya te hemos dicho que nos puedes decir por nuestros nombres, no hace falta las formalidades— explico la pelinegra.

A pesar de qué Wang tenía ya mucho tiempo trabajando para su familia, el siempre a querido tratarlos formalmente, debido al respeto qué le tiene a los Manobal.

Iban llegando a la pastelería de los Choi. Un negocio que hacía más de 90 años tenía su propio sazón para los postres. Los jóvenes Manobal bajaron del auto en busca del dichoso "paquete" que su padre pidió.