High Infidelity [L.S] M-preg

Capitulo 4

Los aplausos estallaron en el enorme salón. Un sonido ensordecedor que inundó cada rincón de la sala después de que el último grupo de niños presentó su coreografía de baile frente a todos.

Las manos se unían en un ritmo constante y la alegría se reflejaba en el rostro de todos los padres ahí presentes. Fue un momento mágico al que habían asistido, un momento de admiración por la dedicación de aquellos niños arriba de un escenario dejando todo de sí mismos.

Hubo un momento en el que el lugar se oscureció por completo y un enorme telón de color escarlata con detalles dorados en los bordes cayó sobre el proscenio, no tardando demasiado para que este volviera a alzarse sobre los techos altos y dejara revelar a todos los niños que participaron en el evento de beneficencia con resplandecientes sonrisas pintadas en sus pueriles rostros.

La rectora, quién fue la que organizó el evento, le hizo un ademán a los niños para que corrieran a vestidores o a los brazos de sus padres, y reconoció el esfuerzo, dedicación y sobre todo el amor que pusieron a cada una de las cosas que hicieron, y de igual forma, agradeció a los padres por permitir que todo pudiera llevarse a cabo.

—Quiero dar las gracias a todas las personas en general que han contribuido para que este evento se realizara de la mejor manera posible— los labios rojos de la mujer formaron una sonrisa de orgullo. —Estoy muy feliz y agradecida por su presencia y por todo el amor y apoyo que hemos recibido de ustedes. Este es un momento que sin duda nadie olvidará— los padres escucharon totalmente interesados aquel discurso. —El dinero que se recaudó con las entradas, refrigerios, y todo lo demás, será donado a instituciones que se encargan de tratar a niños con cáncer y otras enfermedades— explicó. —Lastimosamente, no todos tienen los recursos necesarios para poder pagar algunos de los tratamientos que estos niños requieren y, si nosotros podemos ayudar con algo, lo haremos.

El público asintió estando de acuerdo y conformes al saber que su dinero ayudaría a otras personas que en verdad lo necesitan.

Después del discurso, la rectora volvió a agradecer su presencia y dió cómo finalizado el evento. Algunos padres preguntaron si podían donar un poco más de su dinero y otros simplemente se retiraron en orden junto a sus hijos.

—Fue realmente hermoso, es muy lindo que quieran ayudar a las personas de esta manera— balbuceó Harry cuando Louis regresó de una larga fila de personas dispuestas a donar dinero.

—Lo sé, por eso inscribí a mis hijos en este colegio. Casi siempre suelen hacer este tipo de eventos y en lo personal, me gusta que se diviertan con cada una de las actividades y, que al mismo tiempo, otras personas obtengan beneficios de esto— se encogió de hombros.

Y Harry mentiría si dijera que aquello no lo cautivó más de lo que en realidad debería. Pero no podían culparlo, no cuando su corazón se llenó de una abrasadora sensación que, probablemente, pudo deshacerlo ahí mismo al ver cómo aquel hombre hacía ese tipo de acciones esperando mejorar la vida de otros.

—Y hablando de mis hijos, allá vienen— señaló a dos niños, uno más notoriamente mayor que el otro  y una niña que venía corriendo en su dirección, y que en cuanto estuvo a centímetro de él, se lanzó para envolverlo en un fuerte abrazo.

Louis rió por la emoción de su hija y observó a los otros dos que llegan después de ella.

Harry pudo observar detenidamente a los hijos del socio de su padre. Primero observó al más grande de ellos, un niño castaño de ojos azules y de tez pálida, que a juzgar por su apariencia, probablemente era un adolescente. Luego guió sus ojos a la niña, quién tenía los cabellos rubios y ondulados, sus ojos eran de una tonalidad grisácea y su edad rondaba entre los ocho y diez años. Por último, miró al más pequeño de los Tomlinson, un dulce castañito de ojos azules idénticos a los de su padre, piel blanquecina y mejillas regordetas. El menor posiblemente tenía unos cuatro o seis años.