prefacio

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Eran altas horas de la madrugada y Louis apenas iba entrando a casa, había sido un día realmente agotador en la empresa pero no era nada que no puediese controlar, no cuando tenía a alguien que hacía que todo fuese más ameno para él.

Sacó sus llaves de su bolsillo y abrió la puerta con cuidado, tratando de hacer el mínimo ruido para no despertar a nadie. Entró con un suspiro de cansancio y dejó sus llaves en la mesita de la entrada, repitiendo aquello con su saco después de asegurarse de haber cerrado bien.

Estaba dispuesto a ir directamente a su habitación, lanzarse sobre la mullida cama  y dormir hasta medio día, de todas formas había avisado que no llegaría el día siguiente, así que no importaba realmente la hora en que se despertara, pero la voz de su esposo estando parado al pie de las escaleras lo sobresaltó.

—¿Sabes la hora que es?— preguntó molesto en cuánto vió a su marido entrar por la puerta principal.

Louis sabiendo que, probablemente esto desencadenaría una discusión, trató de ser razonable y respondió a su pregunta.

—Las tres de la mañana, ¿Por qué?— respondió sin inmutarse.

—Exacto, son las tres de la mañana y apenas vienes llegando a casa, ¿Con quién estabas?

—Con nadie, vengo del trabajo— respondió cortante.

—No mientas, llamé a la empresa y dijeron que saliste de ahí a las ocho, así que contesta, ¿Con quién estabas?

Sus facciones se endurecieron por la insistencia de aquella pregunta. Sabía que su excusa de seguir trabajando se había ido a la mierda y no tenía ganas de inventarse otra.

—Te aseguro que no quieres saberlo— dijo cansado, quitándose la corbata mientras subía las escaleras hacia su habitación.

—Estabas con aquel universitario, ¿Cierto?— reprochó dolido, tratando de confirmar las sospechas que tenía desde hace un par de meses, cuando su marido comenzó a llegar tarde a casa y a volverse más ausente.

—No tengo tiempo para tus estúpidos reclamos y ataques de celos, Dylan.

—Eso significa que lo estabas— afirmó para si mismo, sintiendo su sangre hervir en coraje por el descaro tan inminente que mostraba su marido.

—Deja de joderme la paciencia con eso, estoy cansado y lo único que quiero es llegar a la cama y dormir hasta tarde. ¿Puedo hacer eso?— siguió su camino, dispuesto a llegar a su habitación.

—Solo dime si estabas con él— insistió caminando detrás del ojiazul.

—No es tu asunto.

—¡Claro que lo es! Soy tu esposo. Solo contesta, ¿Estabas con él?

—Mierda, sí. Estaba con él, ¿Contento?— detuvo sus pasos de golpe, dándole una mirada furtiva cargada de enojo.

Dylan sintió un nudo en la garganta, se había hecho a la idea de que Louis se estaba viendo con alguien más pero que se lo confirmara fue como si un valde de agua fría cayera sobre él.

—¿Por qué lo sigues viendo? Es menor que tú, Louis.

—Porque él, a comparación de ti, no me está hostigando cada que tiene la oportunidad y sabe lo que necesito— respondió.

—Sabe lo que necesitas— repitió con burla. —¿Y sabe que estás casado y que tienes tres hijos?— inquirió.

—Lo sabe y adora a los niños, es bueno con ellos— le  dió una sonrisa ladina, viendo cómo el rostro de su esposo se quedaba pasmado ante su respuesta.

High Infidelity [L.S] M-pregWhere stories live. Discover now