7. Un nuevo trato

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Christopher

Estaba tan aburrido, tome una calada grande de mi cigarro y me recargue en el barandal de la terraza de mi oficina.

Hacia un calor infernal y mi nuevo y horrible habito no hacia más que empeorarlo. Hace muchos años que no fumaba, pero volví hacerlo cuando murió mi abuela, él estrés me carcomía y no encontré otra forma de reducirlo, sin embargo, no me nombraría a mí mismo un adicto a la nicotina, es decir, me fumaba máximo tres cigarros al día lo cual a comparación con los que se fuman una cajetilla es mucho menos.

Hoy tenia muchas juntas seguidas y este era uno de esos pequeños momentos para mi en los que pensaba que hacer con mi plan de reconquista luego de que Gabriela me rechazara por no sé en qué número de veces voy. El punto es que todos mis pensamientos me llevan a absolutamente nada, ni siquiera puedo formular una estrategia confiable para acercarme a ella, la cena ocurrió hace dos días, mismo tiempo que no la veo y eso que vivo alado, por lo que supongo que se ha estado quedando en opción uno: un hotel u opción 2 y la más desagradable: con el mequetrefe de Gregor.

Ese solo pensamiento hace que mi sangre hierva.

¿qué ve en él? ¿Qué tiene él que no tenga yo?

Es más, yo estoy más guapo, soy más adinerado, y soy mucho más simpático que cualquier otro candidato que le esté tirando la onda.

Es más soy el jefe de este malandroso.

El sonido de algo cayéndose hizo que dejara de ver el paisaje del antiguo centro de uno de los imperios más poderosos. Volteo con cara de pocos amigos y exhalo el aire lleno de tabaco.

-Lo...lo siento señor Hu...Huberman-tartamudeo mi nuevo asistente.

Lo miro de arriba abajo en espera de que diga porque me interrumpió.

¿Por qué Jade no me pudo acompañar a Roma?

-Los directivos de Ferrari...lo...lo están esperando en...en la sala de juntas- terminó y se hizo pequeño en una de las esquinas del balcón.

Que asistente más raro.

-Diles que vayan entrando, ofréceles algo y diles que en un momento los veo- él asintió y salió corriendo de mi vista.

Tomo un poco más de cinco minutos para terminarme mi cigarro hasta que decido entrar.

Entro al lugar con una sonrisa ejecutiva en el rostro y saludo con cortesía a todos los presentes.

-Un gusto verlos a todos aquí- tomo asiento en la cabecera de la mesa al mismo tiempo que los demás.

Mi junta directiva del área de motores Huberman también está ahí, por lo que la mesa es más grande que la de otras salas de junta. Aunque la oficina es nueva el estilo inglés se ve plasmado en cada rincón, lo cual me enorgullece.

-Los presupuestos de inversión han dado resultados con una tasa de recuperación del 25% podemos decir que la asociación de The Huberman Worldwide Motors con Ferrari ha sido más que productiva, esperamos que él próximo año haya un crecimiento del 16% en utilidades y el porcentaje del 50% de pasivos se convierta en un 20% de activos que generen una ganancia de 100 millones de dólares.

Me sobe las sienes, no porque me preocupara el avance de esta asociación, sino porque hoy no estaba con demasiado humor.

-Eso solo en la venta de autos deportivos. - comenta la Sra. Moore una de las ingenieras más brillantes en la empresa.

-Adentrémonos en los porcentajes de la Formula 1- dije y me acomode mejor en mi lugar.

Vasseur se emocionó y un toque en la puerta nos distrajo de empezar.

Casada con el CEO ©Where stories live. Discover now