16. Los Carrington

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Gabriela

Acomodo mi vestido mientras Chris acomoda su pantalón, el sexo de oficina siempre lo desestresa y a mí me excita, así que eso hace que lo repitamos muy seguido, generalmente en su oficina.

Ya con mi vestido en su lugar, aunque un poco arrugado me siento en la silla enfrente de la de él. El lugar quedo muy desordenado, pero no me quejo por que valió la pena.

-Mi hermana, nos invitó a una fiesta privada para recaudar fondos.

Me pasa unas invitaciones negras muy elegantes, se sienta en su silla de cuero. Tomo las invitaciones bajo su atenta mirada.

Era una invitación retro, que establecía un código de vestimenta para la fiesta estilo 20s y tenía el nombre de la fundación a la que se iría el dinero.

-¿Es hoy? - pregunto al ver la fecha de la invitación.

-Si-responde con obviedad

-¿No pudiste decirme esto antes? -levante la mirada para encontrarme con sus ojos azules.

-Apenas llego-aclaró- Ellos acostumbran a hacer sus fiestas privadas de un día para otro-levante las cejas en sorpresa.

¿Quién hace eso hoy en día?

Mis pensamientos se esfumaron cuando Chris tomó unos documentos de uno de sus cajones, junto con una pluma y me los paso.

Miré los papeles confundida y empecé a leer lo que decían.

Quede sorprendida al ver que eran los papeles para que dejara de recibir el millón de euros al mes. Después de terminar de leer firme al final de la hoja y se lo entregue.

Se que estarán pensando lo estúpida que debo ser al hacer algo así, pero en verdad que no quiero que él piense que lo quiero solo por su dinero, porque no es así, además prácticamente ahora tengo bastante dinero como para no seguir trabajando por unos años y seguir viviendo cómodamente.

Él tomo los papeles y los volvió a meter al cajón.

Baje mi vista y mis ojos se toparon de nuevo con la invitación.

Es algo desconsiderado hacer planes de esa manera y no tomar en cuenta el valioso tiempo de los demás.

-No creo poder ir a la fiesta-alce mi mirada-Tengo mucho trabajo

-Pues trabaja desde ahí- dice simplemente, lo miro como si hubiera dicho la mayor tontería del mundo.

-No lo sé...

-Es una fiesta de mi hermana, por favor Gaby.

Me perdí en su hermoso océano que tenía como ojos.

A veces me sorprendo cuán rápido me puede hacer cambiar de opinión y eso me asusta a niveles enormes. Culpo a su sensualidad, porque vamos él puede tener a todos literalmente a sus pies y yo claramente no soy excepción.

-Hablare con Cassandra- acepte y él sonrió abiertamente.

-Perfecto.

Recibió una llamada que atendió inmediatamente dejándome a un lado, suspire sonoramente y él me miro sonriendo, se acercó a mí y beso mi frente, le sonreí y me puse de pie.

-te veo más tarde- articule sin emitir una palabra para no interrumpir.

Él le pidió a la persona de la otra línea que esperara.

-A las 7 partimos para la fiesta, asegúrate de estar lista-asiento y me despido de él besando sus labios.

Ya afuera de la compañía llamo a Cass para que me acompañe a la fiesta y trabajemos desde ahí. He estado muy apurada en el trabajo, tengo amparos, demandas y de más que hacer, incluso ya me estoy volviendo una malhumorada en el despacho y es por eso que no puedo permitirme ir a fiestas cuando estoy hasta el tope de trabajo.

Casada con el CEO ©Where stories live. Discover now