Capítulo 11: Sin Retorno

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Mew llegó con Max a la casa de Dacha, le pidió que esperara fuera y se acercó a la gran casa.

- Ay Mew... - el hombre estaba sentado en una silla en el patio delantero – todo esto podría haberse evitado, si hace casi 7 años no hubieses escapado.

- Eres un mal nacido, mataste gente inocente.

- Ese anciano oba a morir de todas formas – Mew lo levantó del cuello de su camisa.

- Suelta a Tul ahora.

- Mm... no lo creo – Dacha sonrió – es un chico bastante guapo.

- Sí se te ha ocurrido tocarle un solo pelo te mato – el hombre soltó una carcajada.

- No te preocupes, no le he tocado nada, pero... podría quedarse con nosotros y divertirnos.

- Déjalo ir – Mew lo soltó – soy subgerente de una empresa que tiene negocios en el extranjero, puedo extraer las cuentas que quieras y dártelas.

- Oh, pero como has crecido muchacho, podemos robar en grande – el hombre hizo una seña y trajeron a Tul.

- Amor... - Tul corrió a los brazos de Mew, el mayor lo abrazó con fuerza.

- Escucha, Max esta fuera esperándote.

- No – Tul sintió temor – no me iré sin ti.

- Yo... eres inteligente Tul, sabrás que de acá no voy a salir – Tul comenzó a llorar – lo siento, pero no podré casarme contigo.

- Mew... no... no te dejare.

- Debes hacerlo – acarició la mejilla del castaño – hazlo por mí, refúgiate en la persona que más te ama.

- Pero... tu sabes que... solo te amo a ti.

- Tul, es hora de dejes de hacerte el ciego con los sentimientos de Max, tampoco es justo para él.

- No... Mew... - el mayor dejo un suave beso en los labios del psicólogo – no me dejes.

- Aunque pudiera volver sabes bien que no será lo mismo.

- ¿aún lo amas? – Mew miró a otro lado – Mew, te hice una pregunta.

- Yo... eres inteligente...

- Deja de decir eso, responde.

- Creo que sí.

- No... no lo voy aceptar, él te daño y...

- Escucha no fue su culpa, este tipo lo amenazó, mato a su abuelo y lo daño psicológicamente por mi culpa.

- Pero... Mew... tú me amas.

- Sí, pero... lo amo más a él – Tul se soltó.

- No puedo creerlo, luche por hacer que lo olvidaras y resulta que una semana te basto para comprender que no lo olvidaste.

- Tul... por favor...

- Jajaja – Dacha se acercó aplaudiendo – pero que novela tan buena, de verdad, están listos para esos programas de parejas que pelean en la televisión.

- Cállate la puta boca Dacha – Mew tomó a Tul del brazo y lo llevó hasta la entrada – vete.

- Mew... ¿Qué pasará contigo?

La BodaWhere stories live. Discover now