Capitulo 5: Distracción

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Comenzamos a caminar en silencio, a una pequeña cafetería cerca del parque, al entrar en esta y sentarnos en una mesas vacías del fondo uno al frente del otro.

Una de las meseras se nos acerca apenas nos sentamos y nos pregunta que que queremos ordenar. Ian pide un batido de fresa y chocolate y yo uno de melocotón.

Cuando nos dejan nuestros pedidos en la mesa, Ian saca su libreta y yo hago lo mismo dejándola sobre la mesa.

—¿Y por dónde empezamos? — pregunta dando golpecitos a la mesa con el lápiz.

—Pues, no se, tu sabes más del tema la verdad, cuando dieron esa clase de falte, así que no entiendo mucho — le doy un sorbo a mi bebida —. No creas que te estoy dejando todo el trabajo a ti. 

Aclaró rápidamente cuando se me queda mirando.

—Por supuesto que no — sonríe llevando la mirada al cuaderno. 

Al cabo de una hora, ya tenemos el trabajo casi listo, solo faltan algunas cositas, Ian ha escrito y yo he ayudado con la calculadora, y debes en cuando aportado algo de lo que se sobre el tema.

Hemos pedido una segunda ronda de batidos, mi vaso reposa a un lado con la bebida a la mitad. El sol nos pega de frente los que nos hace entrecerrar los ojos un poco.

Por un momento me desconecto, me distraigo pensando en nada exactamente y no salgo de mis cavilaciones hasta que me tocan el brazo y me sobresalto golpeando el vaso que contiene la bebida, causando que este se voltee cayendo el contenido sobre el trabajo.

—¡Ay no, ay no, ay no! Joder —me apresuro a levantar el baso con el poco contenido que le queda.

Llevando la mirada hasta Ian que tienes los labio su poco apretados mientras observa el desastre que he hecho y de inmediato me siento más culpable que antes y el corazón me comienza a latir rápido.

—Ian de verdad lo siento, oh, por dios perdón, perdón, perdón. Andaba muy distraída, y ahora he arruinado el trabajo, lo siento yo no quería...

Ian levanta la mirada y al ver que estoy a punto de entrar en pánico se cambia de asiento hasta quedar frente a mí.

—Ya, fue un accidente, tranquila.

Me toma de las manos y yo sigo mirando mi desastre.

—Pero es que...

—Tranquila. Lo volveremos a hacer.

—Ya lo teníamos casi todo listo —me exaltó.

—Y eso no importa lo volveremos a hacer, no te preocupes.

—Pero la fórmula ya estaba. Todo —digo.

—La volveremos a hacer.

—¿Si con "lo volveremos a hacer" te refieres a que lo haras tú solo de nuevo? Pues sí, por supuesto que sí.

Suelta una ligera risa vibrante.

—Y tu me ayudarás.

Me volteo a mirarlo, él aun me sostiene las manos, me mira con una pequeña sonrisa tranquilizadora que no puedo corresponder porque estoy muy nerviosa.

—Tranquila.

—No puedo estar tranquila.

Me aparto y agarro mi mochila y sacando todo los que hay dentro, buscando algo útil para limpiar el cuaderno.

No soy capaz de encontrar nada y un minuto después se nos acerca de nuevo la mesera que nos atendió.

—¿Tienen algún problem..? —se interrumpe a si misma al ver que claramente si tenemos un problema—. Oh, ya veo.

—Yo, en serio lo siento, ya lo limpiare.

La mesera me sonríe.

—Oh, no linda, ustedes vayan y busquen otra mesa, yo me encargaré de limpiar esto.

—De acuerdo, sentimos la molestia July —le dice Ian a la mesera.

—No se preocupen Ian. 

Nos sonríe e Ian recoge todo lo que hay en la mesa y que no se a estropeado, yo agarro mis cosas entre los brazos y lo sigo cuando de sienta  en otra de las mesas, pero quedándome con que la mesera llamo a Ian por su nombre.

Dejo mis cosas sobre la mesa y guardo lo que antes había sacado.

—¿Tú y la mesera se conocen? —pregunto para eliminar mi nerviosismo.

—Es mi prima. — contesta.

Volteo hacia la chica y me doy cuenta que tienen cierto parecido en el cabello castaño y la forma de la nariz

—Ah, se parecen. 

—Sí, un poco. ¿Sacas fotografías?

La pregunta me pilla completamente desprevenida. Y al volver la mirada hacía él veo que tiene mi camara en las manos.

—Sí, antes lo hacía —le digo viento como detalla la camara. 

—¿Antes?

—Sí.

—Quiere decir que ya no tomas fotografía — concluye.

—No, ya no lo hago.

—¿Entonces por qué la cargas en tu mochila?

Buena pregunta y es que aunque no la use, sigue siento especial para mí y se a vuelto  una costumbre llevarla a todas partes conmigo.

—Es una costumbre que tengo.

—Ya veo —me regala una sonrisa y me tiende  la camara.

Guardo la camara en mi mochila, y veo que él ahora saca otro cuaderno de su mochila y la culpabilidad me vuelve a invadir, Ian ve eso porque se apresura a decir:

—Ya te dije que no te preocupes por eso.

—Está bien, está bien.

—Entonces, vamos a apresurarnos a hacer de nuevo el trabajo Heather.

Vuelve a sonreír y esta vez yo también sonrió un poco.

Aviones de papel Where stories live. Discover now