º7º

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Su cuerpo se tensó cuando sintió sus manos deslizarse por su pecho descubierto, mantuvo la mirada fija en cualquier parte mientras se encontraba dentro de sus propios pensamientos. Hacía ya unos cuantos días que  no le satisfacía como antes, que su cuerpo ya no le tentaba y sus caricias se sentían como lijas tocando su cuerpo, y sus labios que antes le parecían la propia manzana del Edén que le tentaba a morderlos habían pasado a ser la cosa más simple que había visto en su vida.

Su mirada se centró en el techo de madera sobre ellos y se imaginó a sí mismo en cualquier otro lugar que no fuera en las manos deseosas de la cantante de ópera.

— ¿ Está bien, mi Lord ? — Habló Sienna Rosso sentándose a horcajadas sobre él — ¿ Es qué acaso no se encuentra dispuesto a rendirse al placer hoy ?.

Anthony no respondió, la miró a los ojos. ¿ En qué momento aquella deliciosa mujer con la que se había acostado miles de veces se había convertido en una más?, ¿ En qué momento Sienna Rosso dejó de parecerle la mujer más hermosa de Inglaterra ?.

— Anthony — Le llamó la mujer cuando este no emitió ninguna palabra.

— Es momento de que me vaya — La separó de él como si el simple contacto de su piel contra la suya  quemara. Miró su reloj de bolsillo y comenzó a cambiarse con prisa — Tengo cosas que hacer.

— ¿ Así, a las 12 de la noche ? — El tono severo de Sienna resonó por la habitación del apartamento que él mismo pagaba, estaba molesta — ¿ Podría saber qué es tan importante como para detenernos ahora ?.

— Soy un vizconde, Sienna — Respondió él terminando de organizar las mangas de su traje — Aún así no tengo porque darte ninguna explicación, no eres mí esposa, ¿ No es así ?. Ni a mí propia esposa le daría explicaciones.

No iba a mentir, aquel comentario le hirió por que ella si que le quería y pensaba que, aunque fuera en el fondo, él también a ella. Anthony se marcho del lugar dejando a la chica cubierta con las sabanas de color borgoña y una tristeza que ahogaba.

Las calles de Londres en la noche era lo que más le gustaba, tanto por la tranquilidad como el clima, las estrellas cubrían el cielo y de un momento a otro sus pensamientos se encontraron divagando en los ojos marrones de cierta chica que no dejaba de rondar en su cabeza.

Se negaba a aceptar que había capturado su atención, él no era alguien que se rindiera ante nadie y mucho menos ante una mujer que recien conocia pero allí estaba, solo a mitad de la noche caminando en Grosvenor Square después de haber abandonado a la mujer que creyó querer y pensando en la chica que se había adueñado de su inquieta mente.

Se sintió extraño cuando se encontró frente a la puerta de la casa familiar de su familia, como si algo hubiese cambiado o no encajara, cuando abrió la puerta lo recibió el silencio de la noche y la oscuridad. Con paso cansado se dirigió a su habitación.

El sol se coló por la ventana a la mañana siguiente logrando que soltara un gruñido cuando este golpeo de lleno en su cara, no se había acordado de cerrar las cortinas ayer y ahora el traicionero sol le había despertado de la manera menos agradable posible.

Con pereza se levantó de la cama que parecía llamarlo de nuevo y se puso una de sus batas para después bajar al salón familiar donde al parecer ya habían personas arruinando la tranquilidad mañanera.

— Anthony — Habló su madre cuando le vio saliendo de su habitación, a diferencia de él, ella ya estaba cambiada con uno de sus vestidos, ¿Qué hora era ? — No sabía que habías pasado la noche aquí.

— Buenos días, madre — Saludó con voz tranquila — Volví muy tarde, estabaís todos dormidos.

— ¿ Está todo bien, Anthony ? — Preguntó Lady Violett acercándose a su primogénito — no tienes buena cara.

— Está todo de maravilla, Madre — Extendió su brazo a su madre quien lo tomó encantada mientras andaban por los pasillos hasta la escalera principal — Es hora de empezar el dia.

— Lady Violett, Vizconde — Saludo una de las criadas de la casa Bridgerton a ambos — Ha llegado el panfleto de Lady Whistledown, Lady Bridgerton.

— Dejarlo en el salón, lo leeré mientras desayunamos. Levantad a los otros — Pidió la mujer con una sonrisa a su criada.

— No se como leeis tales cosas, la mayoría de ellas son nada más que blasfemias y calumnias sobre la sociedad.

— Querido, es entretenimiento puro — señaló su madre.

— Lady Bridgerton — La señora Wilson se acercó con rapidez a la mujer — Lord Bridgerton. Los criados de Lady Danbury no dejan de hablar, al parecer la reina le ha pedido a la viuda que se haga cargo de la princesa durante esta temporada, Los príncipes y la princesa se quedarán el resto de la temporada en la casa Danbury. Llegaron ayer a la noche.

— ¡ Oh, qué maravilla ! — Exclamó Violett mientras miraba a su hijo — ¿ No crees, Anthony ?.

— Es una buena noticia, madre — Una pequeña sonrisa apareció en su rostro que se fue tan rápido como llegó — Los pretendientes podrán tener más acceso a la princesa.

— ¿ Hay algún problema en eso ? — Preguntó su madre, con curiosidad desbordando en su mirada.

— En Absoluto — respondió él volviéndose a la señora Wilson — Que tengan mi ropa lista, en un minuto subiré. Ah y señora Wilson, que preparen el carruaje.

— ¿ A dónde vas ? — Habló Violett — No has desayunado ni nada.

— Es un mundo ocupado, madre. Tengo muchas cosas que hacer.

Con uno de sus mejores trajes puestos y sus manos sudando bajo los guantes, el Vizconde subió al carruaje que le esperaba al frente de la casa.

— ¿ A dónde vamos hoy, Vizconde ? — Habló el cochero.

— A por flores y después a la casa Danbury. ¿ Qué flores cree que vayan mejor con la princesa Delilah ?.







Justo hoy comence la nueva serie del universo Bridgerton " La reina Charlotte " y por supuesto he quedado prendadisíma del rey George, osea, ¿ Quién no ?, La cosa es que ya siento como una nueva historia se acerca.  A demás, desde hace rato tengo ganas de escribir una historia sobre el principe Caspian de Las crónicas de Narnia, decirme que tal os parece la idea.

No os olvidéis de votar y comentar claro, adoro leeros.

A. C

ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ᴅᴀᴜɢʜᴛᴇʀWhere stories live. Discover now