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Después de la presentación de la Bridgerton no hubo nada más interesante, al final de la mañana la familia real salió del salón donde se había montado la presentación de las debutantes.
- Lila, querida - le llamó su madre una vez estuvieron lo suficientemente alejadas de todo el ruido que aún había en el salón - junto a tus hermanos asistirán al baile de Lady Danbury en representación nuestra, me temo que no podré acompañaros.
- ¿ Está todo en orden, madre ? - Charlotte asintió - espera, ¿ dijiste hermanos?, que yo sepa Aidan sigue en su viaje por América.
- Te equivocas, hermanita - la voz de su hermano llegó a sus oídos, no tardó en darse la vuelta y tirarse en sus brazos.
Había cambiado bastante en los tres años que estuvo lejos, estaba mucho más alto y su voz se había vuelto más gruesa, seguía manteniendo su cabello largo junto a su hermosa sonrisa intacta. Aidan era su mejor amigo, su compañero del crimen, lo había extrañado más de lo que le gustaría admitir.
- No puedo creer que estés aquí - susurro la pelinegra en su oído - ¿ él también está aquí ?.
- No lo puedo creer, Delilah Everleigh, ¿llega tu hermano después de tres años y preguntas por alguien más ?.
- Oh, vamos, deja de ser tan dramático, es mi mejor amigo.
- Y yo tu hermano mayor.
- Eso es lo que dicen, sigo creyendo que mamá te encontró en la entrada de palacio y se apiadó de ti.
- Delilah, deja en paz al adoptado... quiero decir, a tu hermano - se burló la morena.
- ¿ Así te haces llamar mi madre?, la decepción, la traición.
- Nunca dije que lo fuera - continuó la monarca.
Delilah se reía del intercambio de palabras entre su madre y Aidan, extrañaba ese ambiente familiar, sin el mayor de ellos se sentía algo vacía.
- No se por que he vuelto.
- Sabes que te queremos, Dan - habló su hermana.
- Si, si, como sea.
- Vamos a por una taza de té antes de que comenteis a organizaros para el baile.
- ¿ Qué tal es América ? - inquirir Delilah.
- Es maravilloso, te encantaría - aseguró el pelinegro- la próxima vez te llevaré conmigo.
La música se escuchaba por cada rincón y parejas bailando en la pista de baile le daban la bienvenida a todo aquel que entrara en el lugar.
La mirada de todos cayó sobre los tres hijos de la reina que entraban con aquel porte elegante y grácil que los caracterizaba, todos sonreían encantados ante su presencia, era bien sabido que la realeza y Lady Danbury tenían una estrecha amistad desde hace ya varios años,
- Iré por algo de beber, hermanos - aviso la princesa.
Abriéndose paso entre las personas, Delilah comenzó a encaminarse a la gran mesa donde estaban los aperitivos, su mirada se centro en la mayo de las hijas Bridgerton que por su mirada se notaba bastante incómoda ante la presencia de un caballero que por lo que pudo observar era bastante insistente.
- Disculpe - hablo la pelinegra mientras se acercaba a los dos, el hombre dándole la espalda bufo - necesito un momento a solas con la señorita Bridgerton.
No estaba de más decir que muchos tenían puesta su atención en ellos.
- No se si se habrá dado cuenta, pero estoy hablando con ella en este momento - en cuanto se dio la vuelta sus ojos se abrieron desmesuradamente, su piel palideció al toparse con la mirada inquisidora de la princesa , tuvo que pasar saliva para intentar que su voz no flaqueara - disculpe, princesa.
Cuando el hombre se marchó se acercó a Daphne quien realizó una reverencia sonriendo.
- Le agradezco mucho el haberme salvado de tal situación incómoda, princesa Delilah.
- No hay de qué y por favor llamame solo Delilah - hablo - acompañeme a dar un paseo por el salón, señorita Bridgerton.
La pelinegra unió sus brazos y comenzó a guiarla por el lugar, todos mirandolas, las joya de la corona junto al diamante de la temporada eran el centro de atención de todos.
- Hermana - le llamo Ethan - disculpa mi intromisión, alguien te busca.
- Ethan, ella es la señorita Daphne Bridgerton - los presento.
- Es un placer - hablo la rubia - si me disculpan, buscaré a mi hermano.
Ambos vieron como la chica se alejaba e iban a continuar hablando cuando la vieron chocando con el que era su mejor amigo con quien no tenía una buena charla aparentemente.
- Se te está haciendo costumbre que te salve de situaciones incómodas, señorita Bridgerton - comenzó Delilah mientras se acercaba a ambos - ¿ creí que sabías tratar mejor a una Dama, Simon Bassett?.
- ¡ Bassett!, ¡ Bassett! - antes de que el moreno contestara una voz desconocida para ella llamó su atención - Hola amigo, me he enterado de lo de tu padre, pero tu ya no eres Bassett, ¡ Hastings!, el duque de Hastings ahora y para siempre.
- Así que es el duque de Hastings - hablo la rubia, al parecer el amigo de Simon no había reparado en la presencia de ninguno de los hermanos que observaban todo con gracia.
- Hastings, ella es mi hermana - le presentó el desconocido - Majestades - saludo cuando reparó en su presencia.
- ¿ Tu hermana?- susurro- disculpen, Anthony, ellos son la princesa Delilah y el príncipe Ethan, mis mejores amigos.
- Es un placer - hablo la pelinegra dedicando una gran sonrisa al primogénito de los Bridgerton.
- El placer es todo mio, princesa Delilah - este tomo su mano y dejo un beso en el dorso de esta- lo mismo para usted, príncipe.
Quería saborear cada letra del nombre de la pelinegra, era preciosa, aun más de cerca y su nombre le sentaba a la perfección.
