La Tormenta Perfecta

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Todo lo que reconozcas pertenece a Rick Riordan

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Nota: las partes en cursiva son recuerdos

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Jason no podía dormir.

Era de noche y estaba solo en la cabaña uno del Campamento Mestizo, una semana después de la batalla definitiva contra Gaia. Estaba preocupado por Leo y esperaba que no estuviera muerto, pero no era él quien le quitaba el sueño. Su mente la ocupaba la misma persona que ocupaba su corazón.

El Argo II descendía sobre el Campamento Júpiter, su hogar. Al reconocer los lugares en los que había pasado toda su vida, a Jason se le llenaron los ojos de lágrimas. Después de una breve discusión con Término pudieron bajar al suelo.

El hijo de Júpiter no se extrañó cuando Annabeth se lanzó sobre un chico. Por su reacción debía ser su novio, el gran héroe Percy Jackson. Al parecer el hijo de Poseidón había conseguido el aprecio de los romanos, tal y como demostraba su capa de pretor.

Jason no había pensado en como sería conocer a una persona de la que todos hablaban tanto y a la que todos alababan. Estaba más preocupado con el regreso a su hogar. Pero cuando se fijó en él se dio cuenta de que era un adolescente normal, aunque tenía algo especial que atrajo su atención. Cuando bromearon juntos y le trató como a un amigo más, el corazón del rubio se aceleró.

Después de aquel día sus sentimientos por Piper desaparecieron por completo. Intentó fingir que nada había cambiado, pues una misión para salvar el mundo no era el momento para una ruptura. Pero con la caída de Percy y Annabeth al Tártaro, Jason no pudo seguir con la farsa.

Piper y Jason estaban en el camarote de esta en el barco. Jason acaba de dejarla.

-Lo siento, Piper- decía el rubio-. Eres mi mejor amiga y una de las personas más importantes para mí, pero no siento nada por ti en ese sentido.

-Tranquilo. No pasa nada si nos quedamos como amigos. Además, nuestro sentimientos nunca fueron reales.

-¿A qué te refieres?

-Hera nos engañó para que creyéramos estar enamorados para que tú confiaras en mí y en los griegos. Ahora me doy cuenta. El Campamento Mestizo ya es tu familia, supongo que por eso el hechizo se ha roto.

Jason agradeció que todo fuera un engaño, porque no quería dañar a Piper, pero estaba seguro de que si habían desparecido esos falsos sentimientos era porque él se había enamorado de verdad de otra persona.

Cuando llegaron a las Puertas de a Muerte y sacaron a sus amigos, Jason sintió un alivio inmenso. No soportaba estar en el barco sabiendo que Percy y Annabeth estaban en el lugar más profundo y oscuro de la creación y sin poder ayudarlos.

Y luego se quedaron solos los Siete, de camino a la batalla final contra Gaia.

La primera noche solos Jason no estaba de guardia, así que se encontraba en su camarote intentando dormir. Empezó a oír pasos en el camarote de al lado, el de Percy, así que se levantó y se asomó. Este paseaba arriba y abajo, como un animal enjaulado.

-¿Estás bien?-preguntó el rubio.

El hijo de Poseidón le miró. Había perdido peso en el Tártaro y se la marcaban las ojeras. Por un momento pareció pensar si hablar o no, pero decidió contar la verdad.

La tormenta perfectaWhere stories live. Discover now